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Murió Benoît Violier, el mejor chef del mundo

Su restaurante suizo contaba con 3 estrellas Michelin y lideraba la lista de los mil mejores del planeta. Tenía 44 años y todo apunta a un suicidio.

Como si se tratara de una escena salida de Burnt -la película protagonizada por Bradley Cooper y que pone el foco en la presión diaria de un chef por alcanzar la excelencia- una noticia conmocionó al mundo gastronómica: se conoció la muerte del cocinero franco-suizo Benoît Violier.

Con 44 años, el chef era considerado el mejor del mundo y su restaurante L'Hôtel de Ville contaba con tres estrellas Michelin, distinción gastronómica por excelencia.

Según trascendió, Benoît Violier falleció ayer en su domicilio de la comuna suiza de Crissier, cerca de Lausanne. Según las primeras informaciones de la policía, se trataría de un suicidio con arma de fuego. 

Su restaurante fue elegido en diciembre como el "mejor del mundo" por el ranking La Liste. La Guía Michelin le había dado ya tres estrellas, su máxima calificación.

Más allá de que la Guía Michelin le había otorgado tres estrellas, su máxima calificación, el restaurante del chef (que dirigía junto a su esposa desde 2012) fue elegido en diciembre como el "mejor del mundo" por el ranking La Liste. 

La noticia de su fallecimiento coincide trágicamente con la publicación de la nueva guía Michelin 2016, cuyos directores abrieron esta mañana la ceremonia con un minuto de silencio en homenaje al cocinero. 

En caso de confirmarse que fue un suicidio, no sería la primera vez que un gran chef decide tomar esta trágica decisión. Uno de los casos aún muy presentes es el del chef Bernard Loiseau. Contaba con tres estrellas y se suicidó en el 2003, luego de que la guía GaultMillau bajara su calificación de 19 sobre 20 a 17 sobre 20.

Otro caso que también generó mucho revuelo fue el de Olivier Roellinger, uno de los grandes referentes de la cocina francesa contemporánea y quien renunció a su restaurante en 2008. A los 53 años sostuvo que ya no tenia la condición física necesaria para asumir el ritmo de un restaurante que cuente con tres estrellas. 

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