Los días previos al golpe del 76 en un thriller de alta tensión

La otredad de Rojo inquieta desde sus primeros minutos. Una secuencia que comienza con un cruce absurdo por obtener una mesa en un restaurante dispara una de las mejores escenas del cine argentino de las últimas décadas. En ella, Darío Grandinetti y Diego Cremonesi dan el primer paso a una trama que se complica hasta la exasperación bajo la batuta de Benjamín Naishtat.

Estamos ante un film que clava una agria mirada sobre la Argentina previa al golpe del 24 de marzo de 1976, cuando todavía reinabaJosé López Rega y el Estado preparaba el escenario represivo para lo que vendría luego. Una Argentina violenta que estaba ya ingresando en la peor pesadilla de su historia a galope de un terrorismo de Estado que hacía el trabajo sucio que luego el partido militar profundizó hasta el salvajismo más vil.

Puede que el concepto de thriller le quede chico al film, que apuesta por un suspenso teñido de tragedia, por una mirada política que evita el panfieto pero planta bandera. Esa característica atraviesa la ficción desde la primera escena hasta la última y hace del abogado Claudio Morán un personaje con los grises y agachadas a los que apostaron todos los que quisieron atravesar los 70s en Argentina sin arriesgar el cuello.

A través de una puesta visual con aire retro y sensación de pop renovadamente añejo, Rojo no le escapa al zoom ni a los colores saturados, la pompa y la circunstancia, al whisky, los fierros y los diálogos con notorios sobreentendidos.

Un negocio sucio, un muerto en el placard y una realidad nacional que parece ajena a los personajes centrales pero que los atraviesa. Una escena incómoda, otra, y otra más. Un retrato de lo peor de la Argentina en la década que dejó en primer plano la miseria mejor escondida de un sector de la población que por estos días reaparece con toda su pus a la vista. Naisthtat apeló a su pluma, su cámara y a un Grandinetti luminoso (con el acople en la segunda mitad del gran actor chileno Alfredo Castro) para volver acción a la mugre del ser nacional. Y es mucho, mucho más de lo que quizá querramos ver en pantalla mientras comemos pop corn y jarabe con burbujas. Por eso y por su gracia como documento de una era, Rojo es lo mejor que le pudo pasar al cine argentino modelo 2018.

EXCELENTE

Rojo  Argentina / Brasil / Francia / Holanda / Alemania, 2018. 109‘ Guión y Dirección: Benjamín Naishtat. Montaje Andrés Quaranta. Fotografía Pedro Sotero. Música Vincent van Warmerdam. Elenco Darío Grandinetti, Andrea Frigerio, Diego Cremonesi, Alfredo Castro.