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Se estrenó Infierno grande, un western argentino y empoderado

En su primer largometraje de ficción el realizador Alberto Romero plantea una relato árido en el que una mujer oprimida decide ser dueña de su destino.

Sola, golpeada, embarazada y con un rifle cargado que está dspuesta a usar. Así se resume la impronta del personaje que encarna Guadalupe Docampo (Choele, La sangre brota) en el reciente estreno Infierno grande, primer largometraje de ficción del realizador Alberto Romero.

María escapa luego de dispararle a su esposo maltratador (Alberto Ajaka), poderoso personaje de un pueblo de La Pampa. Así comienza un film que se mete de lleno no solo en el terreno del western a través de las rutas argentinas sino también de cierta transversalidad de la literatura argentina.

En Infierno grande hay, desde ya, pueblo chico y también un derrotero de liberación, el cual va narrando en off el hijo de la protagonista desde un presente que rememora la gesta. Y por ese camino pasan también remolinos que traen aires de Osvaldo Soriano en algunos rasgos de los personajes (sobre todo del buscavidas a cargo de un notable Mario Alarcón) o de Borges en la sordidez desidealizada del interior profundo. 

María escapa pero a la vez busca. Su salida hacia adelante se transforma, a cada paso, en una posibilidad de salir por arriba del laberinto en el que se encuentra, el cual parece llevarla a una encerrona con minutauro incluido.

La elección del relato en off, lejos de darnos claves sobre el final, las dispersa, las tiñe de una bruma espesa como la que atraviesa esta víctima convertida en libertaria de su propia celda. Del otro lado, el carcelero, malherido y ansioso por vengarse de quien le ganó de mano y huyó a tiempo. 

Podría decirse que Romero continúa en su ópera prima de ficción lo iniciado como guionista en ¿Quién mató a Mariano Ferreyra? (2013, Alejandro Rath & Julián Morcillo) y continuado como guionista/director en su documental Carne propia (2016), en el que a través del retrato de una vaca camino al matadero cuenta un costado de la historia argentina. De la investigación de un crimen político al relato político de un crimen y de ahí a la dramatización de la tragedia contemporánea de los femicidios, aunque en este caso con el foco puesto en el marco social que permite que en Argentina haya una víctima de violencia machista por día. En este punto, entonces, puede que Infierno grande sea de lo más político que pueda encontrarse hoy en el cine argentino.

MUY BUENA

Infierno grande Argentina, 2019. 75‘ Guión y Dirección: Alberto Romero. Montaje: Anita Remón. Fotografía: Tebeo Schonning. Elenco: Guadalupe Docampo, Alberto Ajaka, Mario Alarcón, Héctor Bordoni.

Infierno grande - trailer



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