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Acto en memoria del cura que enfrentó a la dictadura

Militantes sociales, políticos y eclesiales recordaron en un acto a Rodolfo Ricciardelli, primer sacerdote en vivir en la villa que lleva su nombre, por ley. 

El encono de la última dictadura militar con los pobres del Bajo Flores tuvo una resistencia. Fue la comunidad que vivía su fe en la pequeña parroquia Santa María Madre del Pueblo encabezada por su párroco, Rodolfo Ricciardelli. En la fría denominación de 1-11-14 de la villa, hoy llamada por ley barrio Ricciardelli, primero fue la devoción popular, luego llegaron las catequistas que acercaron al Padre Rodolfo Ricciradelli, quien nunca más se fue, ya que vivió en la villa desde la década del '70 hasta su fallecimiento el 13 de julio de 2008, casi 40 años interrumpidos.

Este sacerdote protector de los humildes fue reivindicado por uno de sus herederos en la tarea pastoral, el salteño de nacimiento, Juan Isasmendi. Este organizó el acto de la memoria en la rotonda que cruza Avenida Varela y Avenida Perito Moreno, en diagonal a la cancha del Club San Lorenzo.

Los militantes políticos, sociales y eclesiales de la villa, desde La Cámpora, el Movimiento Evita, el Partido Piquetero, coordinadoras de comedores, merenderos, profesoras del club de la parroquia y hasta los bomberos voluntarios con su autobomba se congregaron alrededor de la inmensa escultura de hierro con la cara sonriente del Padre Ricciardelli.

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Acto en memoria del cura que enfrentó a la dictadura

El acto en homenaje a Ricciardelli inició con el reparto de arroz con leche y torta fritas. Con el micrófono en mano, el sacerdote Isasmendi inició interpelando a los niños sobre el primer cura en su villa. "Retomamos su espíritu porque buscamos hacer valer nuestra dignidad. Queremos esa pasión valiente por el pueblo que quiere un barrio más justo, vivir en solidaridad y hacer valer la dignidad de cada hijo".

Luego el párroco anunció la entrega de un recordatorio del acto a los distintos referentes del barrio, que incluyó a la propia ministra de Desarrollo Humano y Hábitat porteña, María Migliore.

El recordatorio con foto del Padre Ricciardelli también fue un compromiso por el barrio. "Algo que cada uno sabe aquí lo que vivimos en la pandemia. Le pusimos el pecho y salimos adelante pese al dolor, muchos que se nos fueron, queridos, enfermos, sin trabajo que pelean todos los días. Es cierto que la pandemia nos golpeó, pero creció la solidaridad en nuestros barrios. Este sentido de acompañarnos entre todos no debemos perder. Por eso volvemos a pedir a Ricciardelli seguir ese camino de compromiso", cerró el cura villero Juan Isasmendi.



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