"Los pibes más jóvenes que me conocen dicen que no soy un careta, nunca lo he sido. Y nunca quise dejar de dar la cara, nunca quise esconderme detrás de nadie cuando tenía que dar la cara yo". Arrancó el presidente Alberto Fernández.
Las palabras del mandatario argentino llegaron desde Olavarría, lugar al que visitó por otros motivos pero que, finalmente, terminó siendo la ocasión para su descargo sobre la polémica que se vivió en loop horas y horas: Fabiola Yáñez, su pareja, hizo una reunión con amistades en Olivos mientras regía la cuarentena estricta.
"Néstor decía siempre que nosotros somos gente común con responsabilidades importantes", citó, entonces, Alberto Fernández, quien se mostró arrepentido porque esa celebración de cumpleaños se haya realizado aún en tiempos cuando le pedía al pueblo argentino que lo acompañe en la responsabilidad individual de cuidarse para evitar la transmisión del coronavirus.
En esa línea, explicó que "todos esos meses me quedé trabajando en Olivos" y que la quinta presidencial se convirtió en un lugar muy concurrido porque debía escuchar a mandatarios y otras personas que necesitaban llevarle temas para que tenga en consideración.
"Olivos se convirtió casi una ciudad porque allí iban gobernadores, diputados, ministros, secretarios, empresarios, futbolistas, dirigentes de fútbol, iban actores, actrices, gente que tenía problemas que la pandemia les había causado y que también necesitaban ser oídos. Y una de las cosas que tengo como presidente, como hombre común que soy, esa necesidad de escuchar a todos", planteó.
El Jefe del Estado subrayó al respecto que "la verdad es que viví en un gran vértigo. En un vértigo que no es que me hizo tener reuniones con diez personas: me hizo tener reuniones con cientos de personas. Y no podía hacer otra cosa porque era el presidente de la Argentina y tenía que escuchar para ir resolviendo problemas".
"Y alguna vez llegó un pedido para ver quiénes ingresaban a Olivos y nosotros hicimos público ese pedido. Y no ocultamos nada: mostramos exactamente. Porque gracias a Dios nada debo ocultar de mi vida personal. Nada, absolutamente nada. Y entonces así se conoció el listado de gente que ingresó a Olivos. Y después todo lo demás ya lo conocen ustedes", recordó Alberto, quien tras todas esas aclaraciones puntualizó: "En ese contexto, el 14 de julio, día de cumpleaños de mi querida Fabiola, convocó a una reunión con sus amigos y un brindis, que no debió haberse hecho. Que, definitivamente, me doy cuenta que no debió haberse hecho. Y que lamento que haya ocurrido. Claramente lo lamento".
"En mirada retrospectiva debí haber tenido más cuidados que, evidentemente, no los tuve", se arrepintió para luego prometer que ello "no volverá a ocurrir".
