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El presidente Alberto Fernández se comprometió este jueves a acompañar el proyecto de aborto legal que envió al Parlamento para que sea sancionado de una vez. "Estamos en condiciones de que se convierta en ley", confío acerca de los votos que tendrá la iniciativa en ambas cámaras.
Finalmente, el mandatario envió el martes pasado un proyecto al Congreso de la Nación que elaboró su gestión sobre Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) y uno que lo acompaña, denominado, Mil Días, enfocado al acompañamiento del Estado a las personas que decidan tener hijxs durante los primeros tres años de vida del niñx.
Alberto envió al Congreso el proyecto de la IVE y Mil Días
Acerca del tiempo que tardó en presentar el texto para su debate, Fernández argumentó que, entre otros motivos, no quiso generar una demanda mayor en el sistema de salud que ya estaba a full conteniendo y atendiendo la pandemia de coronavirus.
"El primero de marzo lo anuncié. Lo teníamos bastante avanzado, pero el 19 de marzo vino el coronavirus y aislamiento y toda la emergencia. No quería sumar más estrés al sistema sanitario", explicó, aunque reconoció que "es cierto que la mayoría de los abortos se producen por fármacos".
En diálogo con el programa Crónica Anunciada de Radio Futurock, el jefe de Estado advirtió que envió el proyecto confiado en que se aprobará y en que se cuenta con los votos para sancionar la ley, y que no lo hizo sólo para cumplir con su promesa de campaña.
"La diferencia con otros tiempos es que, más allá de la enorme lucha del movimiento feminista por esto, yo la verdad me siento el primer abanderado de este reclamo (...) Soy un Presidente que se preocupa activamente porque salga. Yo acompañaré este proyecto para que salga y se convierta en ley", afirmó sobre el lugar que siente que ocupa en una reivindicación histórica de los feminismos en Argentina.
En fotos: Pañuelazo en el Congreso para que el Aborto sea ley
Tras rechazar los episodios de violencia contra algunas militantes feministas en las últimas semanas, Fernández insistió en la que calificó de "hipocresía" sobre este derecho. "No se trata de aborto sí o aborto no, porque los abortos siguen ocurriendo (...) Aquí lo que discutimos es si los abortos se hacen en clandestinidad, con todo el riesgo que ello implica, o podemos hacer abortos en los hospitales públicos y dándoles las condiciones sanitarias a las mujeres que los piden", argumentó el Presidente.
"No estamos haciendo obligatorio el aborto", explicó lo obvio que a veces se necesita y remarcó que junto con el proyecto de IVE, el Gobierno envió al Congreso el proyecto conocido como "Plan de los 1Mil Días", que implica una asistencia integral a la mujer y persona gestante durante el embarazo y la primera infancia de su hijx.
"Por eso mandé las dos leyes juntas, para terminar con la hipocresía. La mujer que quiere seguir adelante con el embarazo, bienvenida sea, y tendrá el hospital público para atenderse; y la que decida interrumpirlo, que sepa que no pondrá en riesgo su salud y su vida", aseveró.
Al opinar sobre el trámite parlamentario, Fernández pidió que los legisladores "debatan lo que haga falta" y garantizó que, en ese marco "lo que no va a haber es un ningún Presidente llamando a un gobernador para que sus senadores voten en contra", en clara alusión al ex mandatario Mauricio Macri.
Al ser consultado sobre los reparos de la Iglesia a que la práctica sea regulada y garantizada por el Estado, consideró que ser creyente no es una contradicción para estar a favor. "Yo soy católico, pero tengo que resolver un problema de la salud pública", argumentó.
También opinó que en la historia de la Iglesia hubo distintas miradas sobre la cuestión y recordó: "Santo Tomás de Aquino y San Agustín decían que había dos abortos, uno que merecía castigo y otro no. Y marcaban los abortos no punibles entre los 90 y 120 días de embarazo".
"La Iglesia siempre valoró la existencia del alma antes del cuerpo y entonces sostenían que había un momento donde la madre advertía la entrada del alma al feto, entre el día 90 y 120, porque sentía movimientos en su vientre, las famosas pataditas. La Iglesia también tuvo en sus padres una visión sobre el embarazo y fíjense ustedes lo complejo que es todo esto", reflexionó.
"Esto se lo dije al secretario de Estado (del Vaticano) cuando visité al Papa en febrero y él cambió de tema", expresó el Presidente y concluyó: "Lo único que demuestra es que es un dilema de antaño de una gran rama de la Iglesia".
