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Alimentación en Fin de Año: un menú para proteger la salud y al planeta

Los expertos nos ayudan en la última semana del año a realizar una lista de compra donde se equilibra entre precios buenos, alimentación soberana y fresca. No te pierdas estos consejos.

La industria de la alimentación complicó las cosas, los malos hábitos se multiplican gracias a la proliferación de supermercados y las grandes cadenas.

En las góndolas aumentan los ultraprocesados y las conservas en lata o de cartón. Los envases se multiplican y los residuos que generan también.

Por los bajos salarios y la creciente inflación, en las mesa cotidianamente se consumen más harinas e hidratos de carbono. Con el tiempo, lo barato sale caro.

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¿Cómo podemos mejorar nuestra salud y la del planeta a través de la alimentación?

“Tenemos muchas oportunidades para comer mejor y a buen precio, aprovechando las estacionalidades de los alimentos. Y, a veces, ni siquiera implica mucho más esfuerzo, es sacarnos el chip del facilismo y pensar diferente en lo que vamos a preparar para nosotros y nuestras familias”, explica la especialista Natalia Soledad Pereyra.

"Hay que priorizar comer los alimentos frescos ya que tienen muchísimas ventajas para el organismo".

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"Los alimentos frescos, si están bien conservados, mantienen todos sus nutrientes y sabores intactos. Las carnes son un buen ejemplo de lo que provocaría no saber almacenarlas correctamente ya que pierden parte de sus mejores atributos de sabor, textura y calidad cuando son congeladas".

En cuanto a las verduras, las de hoja, por ejemplo, hay que comprar en negocios de “cercanía”. “Comprar en mercados locales o productos que sabemos que vienen de un lugar cercano nos garantiza que serán frescos, porque hará menos tiempo que los han cosechado”, dice la experta.

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"Además, es importante priorizar los productos de temporada. Así, garantizamos una mayor frescura y un mejor sabor, ya que no serán productos conservados por mucho tiempo, como tampoco forzados en ambientes artificiales. Comer alimentos de la temporada es muy importante. Es más barato, se come más fresco y se puede tener una dieta más equilibrada, variada y con gran sabor".

"Además, nuestra alimentación cambia (o debería cambiar) según la temporada en que nos encontremos. Muchas veces esos alimentos de temporada nos ayudan, incluso, a adecuar de esa manera nuestro comer (y beber) a las necesidades de nuestro organismo".

En verano, por ejemplo, las altas temperaturas hacen necesario que se tome más agua. Se tiene que tomar como mínimo dos litros a diario durante todo el año y esto debe aumentar en verano o en días de altas temperaturas. Las frutas y verduras con más contenido de líquido ayudan mucho en esto.La sandía, el melón o las frutillas, por ejemplo, son algunos de estos alimentos que en verano cumplen todos estos requisitos: son frescos y tienen un altísimo contenido de agua.

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La época de cosecha significa un momento de abundancia de productos que, por ser perecederos, deben ser vendidos rápidamente. Y, si compramos lo que se produce en nuestra zona, incluso el precio puede mejorar, de los que son producidos en zonas exóticas.

Eso también beneficiará a la sociedad en la que vivimos. Las economías sociales y familiares de los campesinos y productores rurales son clave en la alimentación y en la vida cotidiana de miles de personas, aunque muchas veces están invisibilizadas.

Alimentación sana, segura y soberana

La Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Tierra (UTT) y la Universidad de Buenos Aires promueve la alimentación, la agroecología, la salud y la cultura desde el enfoque de género y el derecho a la Alimentación.

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En territorios urbanos, semirrurales o rurales, promueven conocimientos y experiencias para la “mesa alimentaria”, los conocimientos de las y los productores y de las y los académicos, para hacer posible el tejido de los saberes, historias y luchas de los y las participantes, produciendo una investigación “sentipensada” desde la raíz.

“Nos sentimos orgullosas/os de haber creado esta herramienta de utilidad para la formación, tanto de referentes campesinas, comunitarias, universitarias; acercando visiones entre academia y territorio”, señalan en UTT sobre el rol de lxs promotorxs de “alimentación soberana y segura”.

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Lxs promotxrxs elaboran un cuadernillo muy interesante con temas que como: hambre, obesidad,  el perjuicio de los productos ultraprocesados y el etiquetado de los productos envasados. Fundamental es cómo conocer una alimentación basada en la agroecología.

El texto reúne los saberes y conocimientos alimentarios de campesinos y campesinas y los reconecta con temas que hacen al gusto y a la salud.

Cabe destacar el espacio en el que se hace referencia a las injusticias del sistema alimentario actual, y la sobrecarga en las mujeres.

 

cuadernillo-alimentacion UTT by INFOnews on Scribd

1. Coma más vegetales. Las plantas requieren menos tierra, energía y agua y producen menos emisiones de CO2 (dióxido de carbono), que los alimentos de origen animal.

2. Elija alimentos certificados y de cercanía. Es importante fijarse en que los alimentos hayan sido obtenidos de forma responsable para evitar la destrucción del hábitat.

3. Reduzca el consumo de carne. Mientras que un kilo de carne de cerdo significa liberar casi 5 kilos CO2 a la atmósfera, uno de papas apenas emite 0,2 kilos de CO2. Si disminuye la ingesta de carne, el impacto en el medio ambiente será muy considerable.

4. Siga dieta variada. La variedad permite frenar la merma de cultivos y variedades locales.

5. Empiece a comprar menos alimentos procesados y deje de comprarlos. Este tipo de producto consume más recursos durante su producción y supone un mayor impacto ambiental, ya que suelen incluir más embalajes y envases para su distribución que los alimentos a granel.

6. Diga “no” al desperdicio de alimentos. Una lista de la compra más coherente y responsable con los alimentos que consumirá ayuda a no tirar comida a la basura y frenar el impacto que implica producirla.

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