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Julián Althabe: el artista que sensibilizó la cuarta dimensión

La muestra que se presenta en Roldán Moderno hasta el 17 de septiembre ofrece obras que integran poesía, ciencia y mística.

(Museo Nacional de Bellas Artes)
(Museo Nacional de Bellas Artes)

"Julián Althabe. La cuarta dimensión" reúne la producción de uno de los artistas responsables de abrir el camino a los nuevos lenguajes de escultura abstracta, con las influencias de los rusos Antoine Pevsner y Naum Gabo, representantes máximos de la escultura constructivista.

La exposición está integrada por diez esculturas que datan de mediados de la década del '60 y principios de los '70, son cajas de acrílico transparente de variadas formas atravesadas por hilos de nylon coloreados que capitalizan las investigaciones del artista sobre la cuarta dimensión.

Julián Althabe, quien falleció en 1975, hizo visible en arte lo que la ciencia no podría representar sino tan solo definir con ecuaciones abstractas.

"Las investigaciones de Julián Althabe se orientan a sugerir lo inaprensible: en términos de fe, Dios; en términos matemáticos, el infinito; en términos filosóficos, lo absoluto", expresó su nieta Josefina. Es que Althabe ganó un sitial importante en la historia del arte argentino, perteneció a una generación de innovadores, experimentó lenguajes técnicos nuevos como el uso del acrílico en esculturas, material que también usaron colegas como Rogelio Polesello, Gyula Kosice, Julio Le Parc, Martha Boto, Gregorio Vardánega, Jorge Gamarra y hasta Víctor Grippo con sus papas de acrílico enfrentadas a papas reales.

La obra de Althabe ha sido estudiada como un capítulo central en la escultura abstracta de talante místico. Se destacan: "Símbolo religioso en azul" (1967), o "Símbolo religioso, espacio" (1968) son algunos ejemplos, en una estructura de acrílico basada en el número tres (que en varias tradiciones alude a lo sagrado) el artista coloca sus hilos de nylon característicos para crear un paradojal volumen vacío.

En 1950 Althabe hizo el "Monumento místico", con madera e hilos. La mística es la reunión del individuo con el Todo sin intermediarios ni pautas, es una experiencia difícil de alcanzar, mucho más en tiempos desacralizados como el nuestro, aunque no imposible. Ni la meditación ni las prácticas religiosas garantizan la transverberación, el tawhid, el nirvana o el satori, términos que, en el cristianismo, el sufismo, el hinduismo y el budismo, respectivamente hablan de una unión con lo Absoluto, aunque estas palabras limiten y hasta puedan desvirtuar el sentido. No por nada el filósofo austríaco Ludwig Wittgentstein escribió el aforismo más citado en estas cuestiones: "De lo que no se puede hablar, mejor es callar".

La mística se opone al aspecto dogmático de las religiones y, en este sentido, ninguna norma religiosa le interesaba a Althabe. "Ego sum qui sum" es una pintura acrílica sobre tela de 1974. La expresión latina se traduce como "Soy el que soy", y es la respuesta que le da Dios a Moisés cuando se le aparece en forma de zarza ardiente, episodio relatado en el libro del Éxodo, 3:14.

Cada escultura exhibida funciona como caja transparente que nos permite espiar y acceder a un micro universo de líneas múltiples y dinámicas. Muchas de ellas se basan en figuras geométricas derivadas en volumen (cilindro, cubo, pirámide y sus variaciones), todas estas figuras tienen una importancia primordial en la geometría sagrada ya que aluden a lo terrenal y a lo celestial, a la materia y al espíritu.

Sin entrar en innecesarias precisiones científicas, y aunque más no sea por aproximación del lenguaje, los aficionados a la física cuántica pueden ver en las tanzas multicolores una semejanza poética con la teoría de las supercuerdas, una compleja interpretación de la estructura general del universo. Desde este punto de vista, cada una de las cajas acrílicas son como la representación a escala de un universo dinámico e inconmensurable, la foto de una película eterna.

Hay más de un paralelo entre la física cuántica y estas obras, como el contrasentido de una escultura que en definitiva es una caja con hilos, es decir, más vacío que volumen, y el concepto de que el universo es un campo de energía más que de materia.

En el texto que acompaña la muestra Julio Sánchez señala: "Las obras de Althabe parecen demostrar que arte, ciencia y mística no son caminos disociados, muy por el contrario, son complementarios y esenciales".

Por su parte, Elena Oliveras destaca aspectos inéditos de la obra: "La percepción simultánea de lo interior y exterior conduce a Althabe a investigar el problema del tiempo simultáneo".

Otro detalle para tener en cuenta lo resalta Sofia, la hija del artista, quien señala: "Tal fue su elección de vida y convicción de dedicarse como artista a la investigación del espacio, que optó conscientemente en prescindir de la comercialización de su obra para que no le exigieran repetir su imagen, pues estaba en el derrotero trascendente de pegar el salto hacia otra dimensión visual del espacio-tiempo".

SOBRE EL ARTISTA

Julián Althabe (1911 - 1975), artista y teórico, fue protagonista de la abstracción geométrica y del cinetismo óptico y figura principal de la historia del arte argentino y latinoamericano.

Fue elegido para representar a la Argentina en varias ediciones de la Bienal de San Pablo (1953, 1957 y 1959). Participó de varias exposiciones colectivas junto a artistas de renombre y realizó importantes exposiciones individuales, entre las que se cuentan "Bases para un posible arte cuatridimensional" (galería Gradiva, 1970) y la retrospectiva del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (1979).

En 1942 formó parte del grupo denominado "Los Siete", quienes llevaron adelante un proyecto itinerante por el país que estuvo basado en actividades de divulgación cultural y artística: exhibición de obras, presentación de obras teatrales y realización de conferencias. Fue socio fundador de la Sociedad de Epistemología en 1949. En 1952 fundó e integró el "grupo 20 pintores y escultores" generando una plataforma expositiva de inusual pluralidad. Ese mismo año se integró a la sociedad que nucleaba a artistas no figurativos "Arte Nuevo", espacio en torno a la figura de Arden Quin, presidiéndola durante 1959.

En la década del '60, bajo un contexto de expansión de la industria, se registró un momento de alta colaboración entre arte e industria. En este momento Althabe presentó una transformación en su producción originada por el descubrimiento de un nuevo material. Comenzó a trabajar con acrílico que, por sus propiedades de luz y transparencia, le generó una gran fascinación y la posibilidad de continuar sus indagaciones con nuevas resoluciones plásticas. Así resolvió con este material industrial la creación de cuerpos sin opacidad, donde el espacio interior y el circundante se extienden en continuidad, en pura transparencia, pudiendo exaltar y hacer sensible la cuarta dimensión.

Sus obras forman parte de las colecciones del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires - MALBA; Museo de Arte Moderno de Buenos Aires - MAMBA; Blanton Museum of Art, Austin, Texas; y de destacadas colecciones privadas.

SOBRE LA GALERÍA

Roldan Moderno

Juncal 743, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Horarios de atención: lunes a viernes de 11 a 18.

Con cita previa: [email protected]

+54 11 4394 0830



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