La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, busca darle más libertad de acción a las fuerzas de seguridad. Ahora, y anunció el restablecimiento de la vigencia del "Reglamento General para el Empleo de las Armas de Fuego por parte de los Miembros de las Fuerzas Federales de Seguridad”, dictado bajo Resolución 956/2018, que el 20 de diciembre de 2019 había quedado sin efecto bajo la gestión de la ex titular de esa cartera Sabina Frederic, bajo el Gobierno de Alberto Fernández.
"Mañana (por el viernes) en el boletín oficial va a estar publicada una resolución para que Prefectura pueda usar todo tipo de armas de fuego policiales y no solo las armas cortas que hoy tienen permitidas", indicó
La presentación se realizó a las 15 en la sede de la cartera, ubicada en Gelly y Obes 2289, donde Bullrich estuvo acompañada por el secretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, y el jefe de Prefectura Naval Argentina, prefecto general Guillermo Giménez Pérez.
"Hemos trabajado este protocolo para que la Prefectura pueda proteger su gente, las fronteras, la ciudadanía y estar en mejores o iguales condiciones en la que están los criminales", sostuvo Bullrich, y detalló que en la actualidad los agentes de esta fuerza se encuentran "en una situación desventajosa en el patrullaje de ríos de frontera en relación a los delincuentes".
Gobierno porteño arremete contra los reprimidos y los acusa de hechos delictivos
Con el restablecimiento de este protocolo, fuertemente cuestionado por organismos de derechos humanos, se habilita a las fuerzas federales a disparar sin necesidad de dar la voz de alto.
"Las armas cortas que hoy tienen permitidas no tienen el alcance necesario cuando los botes y barcos que vienen con cargamentos ilegales cruzan y se van hacia la frontera", señaló.
La normativa fue dictada por medio de la resolución 956/2018 cuando Bullrich ejercía el mismo cargo que en la actualidad, durante la gestión de Mauricio Macri, pero el protocolo fue dejado sin efecto por Frederic, el 20 de diciembre de 2019, una de las primeras medidas que tomó durante su gestión en el gobierno de Fernández.
En ese momento, Frederic alertaba los motivos de la derogación de esa normativa: "Permitía disparar sin dar la voz de alto, contrariaba los principios de proporcionalidad, racionalidad, excepcionalidad y progresividad del uso de armas de fuego y el principio legal de legítima defensa que protege tanto a funcionarios como a la población".
El restablecimiento del protocolo fue cuestionado desde la Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), que criticó que esa norma "que habilitó a las fuerzas de seguridad federales a disparar por la espalda o a personas desarmadas impunemente, determinó un incremento importante de fusilamientos de gatillo fácil".
Vuelve la doctrina Chocobar
— CORREPI (@CORREPI) February 8, 2024
Un comunicado del Ministerio de Seguridad acaba de informar que mañana la ministra Patricia Bullrich anunciará la reinstalación de la Resolución 956/2018 que estuvo vigente en su gestión anterior bajo la presidencia de Macri, https://t.co/v3MtQvpOsZ
"Los números hablan solos. Bastó que en diciembre de 2019 se derogara el protocolo Chocobar para que en los cuatro años siguientes hubiera 35 personas menos asesinadas por la espalda, desarmadas, por integrantes de las fuerzas federales", indicó la Correpi en un comunicado.
La Justicia Federal dictó una cautelar contra el protocolo represivo
El 12 de enero pasado, Bullrich recibió al expolicía Luis Chocobar, condenado en 2021 a dos años de prisión por haber matado por la espalda a un asaltante que en 2017 apuñaló a un turista estadounidense en el barrio porteño de La Boca. En aquel momento, el Tribunal Oral de Menores 2 de la Capital Federal comprobó el caso de gatillo fácil. Durante todo ese período, tanto Bullrich como Macri le brindaron apoyo, menospreciaron el caso de gatillo fácil y el abuso de autoridad del policía. En 2018, y como una muestra de apoyo no sólo a Chocobar sino al resto de las fuerzas federales, Bullrich anuncia la implementación del protocolo que le dio vía libre a la Policía para disparar por la espalda sin dar la voz de alto.
