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¿Qué hay detrás de los más de 630 despidos en el Conicet?

El plan de la gestión actual es claro: precarizar a lxs trabajadores al extremo y así vaciar todas las plantas del organismo estatal porque "no hay plata" para el desarrollo científico. 130 despedidos de personal de gestión, 460 becarios menos por recorte en becas doctorales, 300 despidos encubiertos, más de 900 profesionales sin efectivizar... y la lista de problemas continúa y no hay soluciones propuestas.

Foto: @BlausteinMatias
Foto: @BlausteinMatias

Despidos administrativos, interrupción de los subsidios para el financiamiento de insumos y equipos necesarios para la investigación científica, la parálisis de las altas de los cargos ya concursados, un brutal recorte del cupo de becas doctorales y posdoctorales, además de un insostenible atraso salarial, son parte de la precaria realidad que viven los y las trabajadoras del Conicet. Todas consecuencias del colosal ajuste presupuestario que sostiene la gestión de Javier Milei en casi todas las áreas del Estado. Por ello, este miércoles 31 de julio por la mañana se llevó a cabo una jornada nacional de lucha con movilización en distintos puntos del país, como en CABA, La Plata, Córdoba, Bariloche y Puerto Madryn.

 

Los más de 630 despedidos: investigar es trabajar

Conicet es uno de los organismos más meritocráticos que tiene el Estado. Como señaló Florencia Podestá, licenciada en Cs. Políticas, becada doctoral del Conicet y parte de Jóvenes Científicxs Precarizadxs, sus trabajadores son “evaluados por comisiones que cambian año a año y para cada convocatoria específica, donde tienen en cuenta requisitos como tu promedio, el proyecto o la tesis, artículos y libros publicados, si presentaste ponencias en congresos, conferencias científicas…”. Además, lo presentado tiene que ser considerado una novedad para constituir un verdadero aporte al campo científico.

En esa línea, hay que considerar que la investigación se maneja con procesos muy dilatados en el tiempo, “por ejemplo, presentás un artículo y pueden llegar a demorar medio año en evaluártelo. Para defender una tesis son como cuatro meses para la conformación del Jurado, y para entrar a un concurso es una vez por año”, contó Florencia. Este factor implica una gran “incertidumbre para pensar una carrera, porque uno se la pasa planificando, y es muy difícil no saber para dónde apuntar… no sabés si buscar algo afuera o apostar al Conicet”. Para empeorar la situación, este organismo requiere exclusividad y la única alternativa es complementar con unas pocas horas en docencia.

En cuanto a los despidos, Florencia distinguió entre despidos directos e indirectos:

“Hay 130 despidos directos dentro del personal de gestión, a los que no se les ha renovado el contrato. Estos trabajadorxs, en síntesis, son quienes realizan todos los trámites del organismo para investigadores, becarios y demás”.

“Después hay una cifra elevada a la que llamamos despidos encubiertos, porque se esconden tras los mecanismos propios del Conicet”, en referencia a la estructura de convocatorias para avanzar de beca doctoral a posdoctoral, y de posdoctoral a becas de investigación o personal de apoyo a la investigación. “Son encubiertos porque no son tan notorios como cuando impiden el paso por molinete a trabajadores de ministerios”.

“Lo que está pasando es que Conicet rompió el compromiso de sostener estas instancias y ajustó, reduciendo así la cantidad de trabajadores en la planta de becarios e ingresos a la Carrera de Investigador Científico (CIC) y Carrera de Personal de Apoyo (CPA), puestos donde uno tiene ya garantizados los derechos laborales. Hay recortes en todas estas áreas, lo que implica un proceso de reducción de trabajadores totales en las plantas”, enfatizó.

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El circuito que atraviesan lxs ingresantes del Conicet

Florencia contó que el primer eslabón es la beca doctoral, que dura 5 años. “La planta de becas siempre se mantiene en un número más o menos estable, en donde se dan las nuevas a quienes ingresan, dado que hay una camada que se termina. Cuando decimos que el gobierno ajusta los cupos para ingresar al Conicet, lo que estamos diciendo es que se está cayendo la planta: hay una camada de becas que finalizan, pero ahora los que ingresan son menos, entonces hay menos becarios totales. Es importante destacar que los ingresos nuevos son para sostener la planta”, detalló.

“Desde hace unos años se venían dando unas 1.300 becas”, recordó. De hecho, esa fue la cifra anunciada en la última convocatoria. No obstante, a principios de este año, los ingresantes fueron obligados a llevar a cabo “una jornada de lucha importante, para lograr que cedieran con apenas 600 de las 1.300 anunciadas”. Unos meses después, resolvieron dar unas 240 más, lo que suma solo 840 becarios doctorales que lograron acceder -de entre todos los que aplicaron-.

El segundo paso para continuar la investigación es el posdoctorado, que dura 3 años. Para este año estaban anunciadas unas 800 becas, pero solo fueron otorgadas 470 para todas las áreas y a nivel nacional. “Este grupo, después de los cinco años trabajados, ve interrumpida su continuidad laboral debido al ajuste, no por falta de méritos”, ya que, aclaró, “para avanzar en la carrera hay que presentarse a distintas instancias evaluadoras”. En este caso, “podés recibir un puntaje de 90/100 y aun así quedar fuera por falta de cupo”.

Es importante mencionar, además, que, a lo largo de estos ocho años de carrera, básicamente no se goza de derechos laborales: “No tenemos ni aguinaldo, ni jubilación, ni licencias laborales por enfermedad (las de maternidad se ven caso por caso) y la obra social la conseguimos después de mucha lucha”.

El tercer paso es la Carrera de Investigador, que “suele ser un cuello de botella importante, hay mucha gente que queda fuera”. “Cuando tenés tu beca posdoctoral y te presentás a la convocatoria para investigador, pasan unos meses hasta la evaluación. Entonces el Conicet también otorga una prórroga de la beca hasta que se postulen los resultados. Pero este año los resultados no salieron, y este miércoles 31 de julio termina la beca anterior”, por lo que hay una incertidumbre absoluta entre aquellas personas que solicitaron la instancia evaluadora y no tienen respuestas acerca de su continuidad laboral. En esta situación hay unas 200 personas. “Esto incumple una resolución -la 1111/2023)- del directorio del Conicet que se basa en sostener siempre las becas hasta que se revelen los resultados del paso siguiente, porque si yo me presento a la instancia siguiente y en el medio no puedo cobrar por medio año me tengo que buscar otro trabajo”.

“Además, en esa prórroga no es que la gente hace cualquier cosa: sigue trabajando en la investigación. Si no quedás, tenés que presentarte el año próximo, y para eso necesitás antecedentes, más publicaciones, etc.”.

Por otro lado, durante la gestión libertaria no hubo ningún ingreso a las carreras de investigador científico y personal de apoyo (CPA). Al respecto, 955 investigadoras y profesionales calificados habían sido seleccionados por concurso en 2022 y 2023, pero aún no fueron efectivizados.

“Desde que asumió Milei no ha habido altas, porque dicen que no van a haber nuevos ingresos en el Estado”.

A esta situación se suman unas 34 personas sin efectivizar de los periodos 2020-2021, a quienes se les había demorado en la gestión anterior. “Algunos están cobrando y otros no”, aclaró.

Cabe aclarar que el último eslabón de la cadena también es compartido con los trabajadores de la CPA que “hacen de soporte para el personal de investigación” y están en la misma situación que los investigadores. “Todo es parte de un mapa de grupos en distintas instancias todos perjudicados por el ajuste en el Estado, con particular énfasis en la ciencia”.

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“Además, las paritarias se están negociando muy tarde y en porcentajes muy chicos”, reclamó Florencia. De hecho, es importante destacar que el poder de adquisición para este sector cayó un 26% entre finales del año pasado y el último mes, algo que tienen en común con el resto de los trabajadores estatales.

El panorama no pinta nada bien en términos de sostenimiento, y mucho menos de progreso, para la comunidad científica local. Lo cierto es que el presupuesto para la investigación está congelado, y sumado a las políticas de vaciamiento y perjuicios a sus trabajadores, tampoco quedarán actores que hagan posible un desarrollo científico. Y sin ciencia, Argentina es colonia.



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