La pandemia por coronavirus está reconfigurando de manera acelerada y obligada, las estructuras sociales y políticas nacionales tal cual la conocíamos. Los grandes índices de pobreza interanual, superior al 40% alarman, son números que solamente se conocieron en grandes crisis económicas y políticas de la historia argentina. Esto se debe a la desaceleración de las actividades económicas, en su producción, exportación e importación, el aumento exponencial del desempleo, y la pérdida del poder adquisitivo.
Para obtener una radiografía social que arroje información sobre cómo impactan estos fenómenos al interior de las familias argentinas, se acuden a datos sobre elementos puntuales que construyen entidades públicas y privadas, como, por ejemplo, el valor de la canasta básica familiar, el monto del salario mínimo vital y móvil, y el poder adquisitivo del mismo al calor de convertirlo a dólares.
Uno de los sectores tradicionales de la sociedad argentina, la clase media, ha sido sobre las personas que también han sentido los cambios acaecidos desde que la pandemia por coronavirus comenzó.
Los números de distintos informes, muestran que cada vez se complica más sostenerse dentro de la clase media argentina. A raíz del índice inflacionario, el aumento de los precios de la canasta básica familiar y el congelamiento salarial en muchos de los rubros económicos, actualmente algunos consumos que eran habituales, hoy en día se transforman en lujos.
A partir de la disminución en los ingresos en conjunto con la elevada inflación mensual, la clase media argentina homogénea deviene en una "clase media empobrecida", o como se dice en jerga, "venida a menos".
Según un informe publicado por Indec en los primeros días de abril, un grupo familiar debía superar ingresos por $51.000 mensuales a fin de año para evitar la situación definida como "pobreza". Entonces, ¿cuánto es el piso para la clase media argentina?
Los datos que arroja el Indec, establecen que la clase media actual tiene ingresos familiares de hasta $64.000 por mes. Esta sería hoy la clase media empobrecida, muy cerca de la línea de la pobreza, y muy lejos de los que más ganan.
La "clase media baja", por lo tanto, se las debe arreglar con ingresos apenas superiores a los 450 dólares por mes, tomando el tipo de cambio libre como referencia ($ 140 por dólar).
Este escenario obliga a aprovechar los descuentos para "llenar el changuito", sin desesperarse en el intento. Por ejemplo, en Coto Ofertas, se suman las ofertas de 20% de descuento, o 30 o 40% llevando dos productos iguales. Las mismas opciones Carrefour, Jumbo, y los otros hipermercados. Claro está, esto va en detrimento de pequeños almacenes de barrio que no están en condiciones de brindar este tipo de promociones.
Hoy, ganar más de USD 1.000 mensuales, o $140.000 pesos, significa estar dentro del 10% que más gana en la Argentina.
Si buscamos recuperar la homogeneidad tradicional de la clase media argentina, se deben utilizar datos que permitan establecer rangos de ingresos. De esta manera, la actual clase media argentina en contexto de pandemia por coronavirus, tiene una franja de ingresos fijada entre $64.000 a poco más de $ 200.000. Esta caracterización es plausible de ser extrapolada a los grandes centros urbanos de la Argentina, sobre todo de las provincias más ricas como Córdoba, Mendoza o Santa Fe por mencionar algunas.
Esto significa que con un ingreso equivalente a los 500 dólares mensuales ya debería alcanzar para estar dentro de este grupo supuestamente privilegiado. Claro que el espectro para ser considerado clase media es amplio.
