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"Hubo una escuela que siguió viva"

Eleonora Orengo, miembro el equipo de Capacitación Docente de la provincia de Buenos Aires, sostiene que el año lectivo en pandemia dejó un saldo positivo que el tiempo se encargará de sopesar.

"El 2020 no fue un año sin clases", dice Eleonora Orengo en medio del debate candente sobre la importancia y las modalidades del retorno a las aulas. Especializada en Educación Musical, actualmente integra el equipo de Capacitación Docente de la provincia de Buenos Aires y la reciente publicación del libro Religados en la música (Ubi Sunt Editorial, 2020) es una inmejorable ocasión para repasar no solo la experiencia vivida por la educación musical en la pandemia sino la importancia del arte como vehículo de construcción del conocimiento.

- Al principio de la cuarentena planteaste en un artículo la importancia de aprovechar este tiempo de estadía en los hogares, para reflexionar sobre las practicas educativas y proponías una serie de disparadores como para trabajar con el entorno sonoro doméstico, una oportunidad para redescubrirlo y explorarlo ¿Hay registro de las prácticas que tuvieron que inventar los docentes en este contexto tan inusual? Y, en todo caso, ¿qué evaluación hacés del año escolar que pasó?

- Sí, se implementaron distintos dispositivos y relevamientos para tener registro de lo acontecido en este contexto inédito. Creo que en el aquí y ahora hay mucho para capitalizar pero, en muchos aspectos y como sucede con los tiempos de la enseñanza y el aprendizaje, será más a largo plazo que puedan verse los frutos de lo trabajado en este tiempo. Lo que sí está claro es el esfuerzo enorme que hubo de parte de directores y maestros que se pusieron la escuela al hombro. También quedó claro que el encuentro de manera presencial es irremplazable. Mientras tanto, están en debate las formas y protocolos de regreso, probablemente se den formas mixturadas, que van a rescatar las fortalezas y hallazgos de esta nueva modalidad de trabajo que tiene matices y particularidades en cada ciclo y nivel. Otra cosa que se puede señalar es que siempre se corre el riesgo de reducir todo a algunas experiencias urbanas, pero es imprescindible considerar que el sistema escolar argentino es enorme en extensión y en diversidad, que hubo una escuela que siguió viva y que reveló solidaridad entre colegas, que compartieron sus saberes con otros, por ejemplo, que venían más rezagados en el tema tecnología. Pero no solo hubo tecnología para disminuir la falta de presencialidad, hubo también todo tipo de producciones y de experiencias. Se han visto maestros a caballo llevando los cuadernillos a los alumnos, situaciones de un nivel de compromiso tan grande que nos hizo sentir que este año extenuante también tuvo un final de año con mucho reconocimiento y muchas satisfacciones. Fue una educación dada de otra manera, ante una situación de fuerza mayor, pero que reveló que la escuela siguió viva. Se supone que el 2021 toma todos los cabos para afianzar las cosas que no se hayan podido trabajar de la misma manera con diagnósticos, nivelaciones, ayudas, compensaciones, toda una serie de herramientas .

"El arte es una fuerza muy potente"

Le gusta pensarse como maestra de música, una definición con un alto componente emotivo que engloba años de formación y especializaciones con maestros locales e internacionales, la participación en organizaciones como MOMUSI (Movimiento de Música para niñas y niños), un posgrado en FLACSO y una enorme carrera como instrumentista, con la flauta traversa como herramienta principal.

- Salgamos un poco del tema Pandemia y recapitulemos. En el actual contexto en que muchos chicos producen música con la computadora, que YouTube está lleno de tutoriales para aprender a tocar instrumentos y que en cada barrio hay al menos un profesor de música ¿sigue siendo importante que se enseñe música en la escuela?

- Antes se hablaba de educación formal e informal, ahora las opciones crecieron tanto que se habla de distintos grados de formalidad. Que hayan crecido las opciones no libera a la educación formal de sus obligaciones. Y la educación artística es un derecho. En el libro retomo esto del derecho, la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y las Niñas dice que los estados deben promover la "plena participación de niños y niñas en la vida artística y cultural". Muchas veces el primer contacto con los lenguajes artísticos no se da en los hogares, por lo tanto es obligación de la escuela brindar ese acceso. Además, en la escuela se ponen en juego otras cosas: en el caso de la música, que es una actividad grupal por excelencia, el hecho de que este contacto se dé en la escuela permite compartir, aprender a esperar, crear con los otros, conectar con la vivencia de la música desde distintas perspectivas: desde la escucha, desde la producción musical, desde el movimiento, desde la ejecución vocal o instrumental. Pero yendo un poco más allá de la cuestión de los derechos, el arte es una vía de construcción de conocimiento, y este es un tema sobre el que la escuela debe estar atenta. El arte es una fuerza muy potente que moviliza las ideas. Eso es fácil de entender en relación con los más pequeños, pero también me gusta pensar el arte como herramienta de conocimiento y formación para los alumnos más grandes: el arte como una forma de decir aquello que no se puede decir, que va desde las manifestaciones de la protesta y la disconformidad hasta las cuestiones vinculadas la Educación Sexual Integral. Son todos contenidos que se pueden trabajar desde el arte de una forma menos lineal, apelando a la parte metafórica de los lenguajes artísticos. Trabajé muchos años en un jardín de educación por el arte y siempre conversábamos con las familias que no estábamos buscando específicamente que todos los niños que asistían fueran artistas, pero sí que tengan esa experiencia, esa vivencia y que crezcan rodeados de los lenguajes artísticos.

- En el libro abordás también la dimensión de lo lúdico de la música en el contexto de la enseñanza.

- En varios ámbitos de educación y de crianza es un punto de preocupación el hecho de que muchos niños y niñas hayan perdido espacios y tiempos de juego por motivos como el exceso de cargas horarias escolares, la falta de espacios, las dimensiones de las viviendas o que la calle dejó de ser un espacio de juego. En el libro abordo desde una perspectiva teórica las dimensiones en que yo considero que el juego se vincula con la enseñanza musical. La importancia de la música en la escuela tiene también un montón de puntos de encuentro y de contacto con esta cuestión de lo lúdico. El juego, vital e indispensable en la vida de los niños y niñas, despliega un abanico inmenso de posibilidades. La relación de las disciplinas artísticas con el juego es un tema muy amplio que resalta la importancia de trabajarlas en la escuela.

- Contanos algo de la indagación sobre música en el agua.

- La música en el agua es la última experiencia de trabajo que desarrollo desde hace ya varios años, que implica otra preparación de los niños, con los adultos que acompañan la clase en un ámbito totalmente diferente, con grupos reducidos en los que cada niño está con un adulto. El agua en si misma tiene sonoridades atractivas, el hecho de moverse y desplazarse hace que el agua suene y, como se desarrolla en un espacio cubierto, el lugar funciona como caja de resonancia. Trabajo con objetos que en algunos casos también suenan fuera del agua, pero que en gran parte son específicos, diseñados para el trabajo en el agua. Algunos de estos objetos los he ido creando, otros son tambores que salen de unas plantas que se cultivan en EEUU con una sonoridad muy bella y muy particular. Este vinculo estrecho del adulto con el niño hace también sumamente placentera la experiencia de danzar en el agua.



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