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“Necesitaba estar más conmigo en soledad”

Tras sufrir un ACV el año pasado, Joaquín Furriel se prepara para el estreno este jueves de la película 100 años de perdón.

El reconocido actor Joaquín Furriel, quien está superando lentamente las secuelas del ACV que sufrió hace algunos meses, es uno de los protagonistas de la coproducción con España 100 años de perdón, atractivo filme policial que se estrena la semana próxima y donde compone a uno de los autores de un robo a un banco, un delincuente con pocas luces, "una especie de mono con navaja" que complica los planes de sus cómplices. Furriel interpreta con soltura al "Loco", un joven impulsivo y soberbio, pero con escasa experiencia y muy poca inteligencia para entender en qué tipo de atraco está involucrado, y que fue invitado a sumarse a un equipo de ladrones profesionales únicamente porque el líder de la banda le debía un favor a su padre, un argentino residente en España. "Estoy muy ansioso después del ACV (accidente cerebro vascular que sufrió en octubre de 2015 al regresar al país del exterior) cuando mi sensación es que quizás todavía no estoy preparado para eventos como éste. Necesitaba estar más conmigo en soledad, porque este tipo de eventos te generan muchos estímulos a la vez", afirmó el actor en relación a las emociones cruzadas que le produce el próximo estreno de 100 años de perdón. El actor de El patrón, anatomía de un crimen, Verano maldito y Un paraíso para los malditos sostuvo que "es muy linda la sensación de volver a moverse en el contexto de un importante estreno cinematográfico", aunque aseguró que su ACV fue "un mensaje" que tomó muy seriamente y dijo: "Ahora siento que tengo que respetarme más e ir mucho más a mi ritmo". Acompañado de sus colegas argentinos Rodrigo de la Serna y Luciano Cáceres, y del español Luis Tosar, en 100 años de perdón Furriel encarna a uno de los integrantes de una banda de ladrones que una mañana lluviosa irrumpen -armados hasta los dientes, enmascarados y dotados de cinturones explosivos- en un banco de Valencia, España, para cometer lo que a primera vista parece ser un simple robo. Con coproducción de Telefé, la película dirigida por el español Daniel Calparsoro se encarga de mostrar cómo lo que parecía sencillo se va volviendo cada vez más complicado y peligroso, pero además -y sobre todo- desliza la posibilidad de que el robo esté dirigido a desentrañar una complicada maraña de corrupción con políticos, funcionarios y policías implicados. "Se tocan temas muy sensibles y lamentablemente con mucha actualidad", sostuvo Furriel en relación al trasfondo social y político que esconde este thriller policial, en el que quedan al descubierto los males del capitalismo y la especulación financiera, que -como en el caso de España en los últimos años- condujeron a ajustes fiscales y crisis económica que golpearon a los habitantes de menos recursos. Para el actor, en ese sentido "hay algo de lo que vivimos en el 2001 en Argentina. Tanto acá como en España lamentablemente estamos en un grado de sintonía en la relación entre los bancos y sus clientes. La película te presenta al banco en esa circunstancia y a partir de ahí se revela la trama secreta y se produce un efecto cascada en el que van aflorando los chanchullos de la élite política y financiera". "Me gustó mucho la película, ver lo que armamos y lo que ocurrió entre nosotros. Un poco lo que nos pasa hoy es parecido al vínculo que tuvimos en el rodaje. Entendimos que el guión funcionaba si entendíamos el papel que cada uno debía tener", afirmó Furriel en relación al trabajo actoral con De la Serna y Cáceres, a quienes considera "muy buenos compañeros, parte de una relación que ha transcendido lo profesional". "Se precisaba un vínculo que nosotros ya lo teníamos desde hace tiempo. Los respeto mucho y tuvimos mucha química, incluso con Tosar y los demás actores", agregó Furriel, quien definió a su personaje como "un quedado, un pato criollo, el que está siempre un paso más atrás de los demás. Incluso, cuando el robo se empieza a complicar, él es el que menos creatividad y luces tiene para colaborar. Cuando Calparsoro me ofreció el papel sentí que tenía que hacer algo diferente. Sentí que el Loco tenía que tener una definición expresiva clara. Y para eso me propuse encontrar un color más intenso, pero que no cansara. Para mí, el gran beneficio de un rol importante pero no protagónico como este es la libertad que tenés para ponerle un poco más de condimento a tu interpretación".



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