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La respuesta de Havanna por los alfajores transgénicos

Tras la campaña Chau Havanna en redes sociales, la empresa daría marcha atrás en su acuerdo con Bioceres.

La semana pasada referentes de la soberanía alimentaria y el ambientalismo en Argentina iniciaron la campaña #ChauHavanna para pedirle a la tradicional marca de alfajores que no avance en un acuerdo con la agropecuaria Bioceres para el desarrollo de productos con trigo transgénico HB4. Ese trigo es resistente a la sequía porque permite ser fumigado con glufosinato de amonio, un herbicida más tóxico que el glifosato; que incrementa los niveles de amonio en las plantas y les causa la muerte rápidamente. Una semana después Havanna tomó nota de los cuestionamientos ambientales y, por el momento, no avanzará en el acuerdo.

"No vamos a opinar de la campaña. Sin embargo y centrados en nuestros clientes y consumidores, como hacemos siempre, les hemos dicho que, en primer lugar, al día de hoy todos los productos desarrollados en Havanna no han tenido ningún tipo de intervención por Bioceres. En segundo lugar, el acuerdo es absolutamente embrionario al tal punto que ni siquiera se ha producido ni una primera reunión entre los equipos de desarrolladores para analizar hacer algo en conjunto. Y, en tercer lugar, y lo más importante, es que cada vez que Havanna lanza un producto al mercado primero es testeado por sus clientes y consumidores y luego se informa por todos los medios toda la información adicional que requiera el producto", respondieron fuentes de Havanna ante la consulta del portal carbono.news.

"El glufosinato en animales se ha revelado con efectos devastadores. En ratones el glufosinato produce convulsiones, estimula la producción de óxido nitroso y muerte celular en el cerebro. Con claros efectos teratogénicos (malformaciones en embriones), se han descripto hipoplasia (desarrollo incompleto o detenido) del prosencéfalo, arcos branquiales y extremidades con o sin tubo neural abierto", reveló el mítico investigador argentino, especializado en biología molecular y en biología del desarrollo, Andrés Carrasco, fallecido en 2014.

Havanna no avanzó por el momento pero el ambientalismo sabe que de un día para otro pueden aparecer los alfajores con glufosinato de amonio. Por eso, escribieron una carta que se encuentra en el proceso de juntar firmas, para enviarse a los directivos de Havanna:

Estimadxs Havanna:

Después de una semana de que la campaña #ChauHavanna sea conversación en redes sociales, medios y mesas argentinas, queremos acercarles una reflexión.

Compartimos el contexto global con ustedes: estamos en emergencia climática y ecológica, y el sistema agroalimentario debe rediseñarse a este contexto. Están en lo correcto cuando dicen que la ciudadanía demanda cada vez más, alimentos que consideren prácticas amigables y regenerativas con el ambiente. ¡Acá estamos!

Ahora, si su preocupación realmente es esta, lamentamos decirles que la evidencia empírica en nuestro país demuestra que los transgénicos con tolerancia a plaguicidas NO son la solución. Desde que apareció en 1996 la soja transgénica tolerante al Glifosato y posteriormente el maíz transgénico, el consumo de plaguicidas pasó de 30 millones de litros a 500 millones de litros en la actualidad. A su vez, se deforestaron más de 10 millones de hectáreas de bosque nativo.

Queridos productores del alfajor insignia de nuestro país, los y las ciudadanas, los y las consumidores de toda la vida del alfajor con dulce de leche que ustedes producen, les decimos que por acá NO es el camino.

Pero no se preocupen. Hay otro camino posible y factible.

Un sistema de producción que regenera y capta carbono en los suelos, que no usa plaguicidas y que produce alimentos saludables y nutritivos.

Les preguntamos entonces: si están realmente preocupados por el ambiente, en vez de promover un trigo tolerante al glufosinato de amonio que nadie quiere, ¿por qué no promueven el cultivo de un trigo sin plaguicidas, como vienen demostrando miles de agricultores agroecológicos en Argentina y en el mundo?

Hay muchas historias exitosas de productores y productoras de trigo agroecológico en nuestro país que esperemos les ayuden a reconsiderar esta decisión.

El Inta Barrow demostró que el trigo es rentable en el modelo agroecológico. Lo mismo viene demostrando el INTA Oliveros.

En el municipio de Guaminí se cultivan más de 5000 hectáreas de cultivos agroecológicos, en donde el trigo agroecológico es molido en harina para el pueblo.

Por toda la Argentina son cientos de agricultores y agricultoras que cultivan trigo siguiendo los principios agroecológicos sin usar plaguicidas y recuperando la fertilidad del suelo (siendo más resilientes a las sequías). Les compartimos algunos: Trigo Limpio - Don Paisa - Rama Negra - P.A.C.A. - Monte Callado - La Permanencia - Fincas El Paraíso - La Pachita - Campo Claro - El Roble - Sentido Común - Bapan - La Florinda - Molino Mayal

Esperamos que vuelvan para atrás con su acuerdo con Bioceres.

Abrazo de alfajor,

Consumidores y consumidoras de Havanna

Campaña Chau Havanna
 

Tras un anuncio oficial de la marca, se despidieron de Havanna por el uso de trigo transgénico

Redes sociales

La periodista y escritora Soledad Barruti es una de las influencers que activó la campaña y remarca que lo de Havanna es solo un ejemplo de cómo el agronegocio se mete en nuestros alimentos: \"El acuerdo que hizo Havanna con Bioceres pone en evidencia algo que, normalmente, no está presente en los fabricantes de estos productos comestibles que tiene una identidad tan publicitaria, tan construida en su imagen a lo largo de tantos años, es decir, Havanna como un emblema aspiracional, argentino, rico e inobjetable para un montón de personas y es que detrás, como en todos los productos de la góndola (también los más simpáticos), está el agronegocio, son el agronegocio\", explicó a Carbono.news.

"La industria alimentaria viene haciéndonos partícipes de un experimento que nadie conoce en donde van introduciendo nuevos inventos del agronegocio en nuestra alimentación. La diferencia enorme que ocurrió con este caso en particular es que la marca se puso por delante siendo la representante de este invento que no está siquiera siendo cultivado masivamente en nuestro país. Y la marca se sorprende porque está tan ajena a este disgusto que puede generar en los consumidores que sale y dice esto, es decir, que no era tan así, que estábamos probando pero que si a ustedes no les gusta no lo vamos a hacer. Por eso es tan importante que las personas estén en contacto con el detrás de su alimentación. Si conocemos de qué está hecha y cómo está hecha la mayoría de la góndola no la elegirían", concluyó Barruti.

 



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