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Cruel e injusto: un parque acuático de Tigre discriminó a un chico con autismo

Manuel tiene 14 años y gusta sobremanera del vértigo. Junto a su mamá y su acompañante terapéutico fueron a Aquafan, pero a punto de tirarse de un tobogán, las autoridades del predio lo hicieron bajar por tener una discapacidad.

Manuel tiene autismo y vive en el barrio porteño de Coghlan. Tiene 14 años y -como adolescente que es- le fascina la adrenalina que generan actividades como montañas rusas y toboganes acuáticos de niveles de dificultad que los más temerosos calificaríamos de elevados. Sin embargo, la semana pasada transitó un momento doloroso en el lugar menos pensado: el parque acuático de Tigre, Aquafan.

El tobogán Multisurf. (Foto: www.aquafan.com.ar)
El tobogán Multisurf. (Foto: www.aquafan.com.ar)

El chico, su acompañante terapéutico y su mamá Verónica Scavino eligieron como paseo ese predio, perteneciente y pegado al Parque de la Costa, porque se atreven a espacios públicos de gran magnitud y complejidad. "Siempre le proponemos desafíos a Manuel y buscamos lugares que le gusten para que pueda sociabilizar, que es su parte más complicada, y pueda disfrutar y divertirse porque tiene derecho", contó Verónica en diálogo con Infonews.

En la entrada al comprar los pases, exhibieron el certificado de discapacidad. "Lo hago porque no me avergüenza y quiero que el Parque sepa que ingresamos con una persona con autismo", explicó la mamá y detalló que en determinadas situaciones optan por hacer uso del certificado para adelantar turnos en una fila, pero en general intentan que Manuel ejercite y practique la paciencia. Después de ese trámite, ingresaron sin ningún problema.  

La situación de "mayor nivel de discriminación" que alguna vez vivieron, según Verónica, se desató cuando quisieron tirarse del tobogán llamado Multisurf. "Te tenés que deslizar boca abajo sobre una manta, que tiene dos manijas de las que te agarrás y te tirás. Es como tirarse de un segundo piso (Manuel ya se había tirado de uno de seis pisos en Brasil). El grado de dificultad no es alto, no te morís del vértigo, pero no te puedo decir qué se siente tirarse porque no pude", lamentó.

El tobogán Multisurf, del cual no le permitieron tirarse a Manuel, junto a su mamá y su acompañante terapéutico.

Los tres estaban preparados para la diversión, en malla, descalzos, expectantes, cuando les pincharon el globo de la manera más injusta posible. "La dificultad de Manuel es notoria, es un nene muy grande, habla raro. Estaba muy ansioso por tirarse; habíamos esperado mucho haciendo la cola. Cuando llegó el momento, una empleada lo miró y nos dijo que no estaba autorizada a que él se pudiera tirar. "No hay problema, soy la mamá, él es su acompañante terapéutico. Nos vamos a tirar los tres juntos", le expliqué y pensé que iba a ser suficiente. La chica no se movió de su lugar. Entonces ahí me empecé a enojar y pedí hablar con un supervisor que subiera a donde estábamos", relató la mamá. 

"Expliqué que no era su primera experiencia, que él ya había estado en parques acuáticos y que tiene un alto nivel de comprensión, que si se le explicaba cómo tenían que ir las manos, los brazos, lo iba a hacer. Además era una actividad para la cual estaba altamente motivado y cuando una persona con autismo está altamente motivada, presta atención, responde, acata órdenes y aparte, yo estaba al lado de él, soy la mamá y jamás lo expondría a una situación de riesgo". Todos esos argumentos no bastaron y la situación fue aumentando en tensión.  

"Todos tenemos que acostumbrarnos a lo diverso, que no es malo, es distinto"

Dos gerentes de marketing del Parque aparecieron en escena, ante la crisis que sufrió Manuel al bajar del tobogán pero por las escaleras, y el enojo de su mamá, quien a esas alturas había elevado el tono de voz. Lejos de ofrecerles disculpas y abrir sus mentes a entender por qué no representaba un peligro que el chico utilizara el Multisurf, las autoridades argumentaron que era el fabricante de los toboganes el que ponía las reglas y no la empresa Parque de la Costa S.A.. Una aclaración importante: Aquafan no incluye a las personas con trastornos psicológicos dentro de la población que tiene restringido el acceso, ni en la cartelería de ingreso al juego, ni en su sitio web

"Me igualaban la situación a la restricción de que las personas que miden menos de un metro veinte. Pero ellos ponen un cartel avisando eso, pero no ponen uno avisando que las personas con autismo no pueden subir a este tobogán. Les dije que pongan un cartel a ver si se lo bancan. Discriminan y no asumen su condición", los desafió la mamá y agregó: "Una persona con autismo no está inválida para disfrutar de un parque de diversiones, además, nunca va a acceder a hacer algo que la perturbe sensorialmente".

"Aquafan tiene que pedir disculpas a la comunidad por ser un parque de diversiones con políticas excluyentes"

La salida culminó en unos juegos de menor dificultad, tan desabridos, que Manuel se subió una vez y no quiso repetir. "Capaz que si él no hubiese tenido otras experiencias, le habrían gustado, pero conoce otra cosa e iba con otra expectativa. Lo que ofrecía Aquafan para personas con discapacidad, si hubiesen sido claros en la entrada, no habríamos entrado. Evidentemente unifican todo en un criterio arbitrario e injusto, nos expusieron a una situación violenta e incómoda, discriminaron a mi hijo", apuntó Verónica.

Incoherencia: la misma empresa, metros de distancia, otra política

Manuel y su mamá fueron en diciembre pasado al Parque de la Costa, el cual pertenece a la misma firma que Aquafan. La experiencia fue rotundamente distinta. "Cuando sacamos la entrada con el certificado de discapacidad nos dijeron que en la puerta nos iban a informar a qué juegos Manuel no iba a tener acceso y por suerte, porque el que nos marcaron era el de caída libre que te tirás con un arnés. No iba a permitir eso por más que Manuel me lo pidiera, pero nos subimos a todas las montañas rusas. El pudo disfrutar de todo el resto del parque", contó su mamá.

La montaña rusa "Desafío", un juego vertiginoso, que Manuel y su mamá disfrutaron en diciembre sin problemas.

La denuncia

Verónica ya radicó la denuncia en el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y el Racismo (Inadi). "Lo que más me ofendió no es que no sepan, sino que no quieran saber. Eso fue lo más grave. Aquafan tiene que pedir disculpas a la comunidad toda por su acto de discriminación, no a Manuel o a mí, por ser un parque de diversiones con políticas excluyentes y debe cambiar porque sino tiene que poner de manera clara con qué público quiere trabajar y exponerse a las consecuencias", consideró Verónica.

"Tratamos de que su mundo sea lo más diverso posible y no quedarnos en nuestra casa. Este tipo de acciones lo que generan es quedarse adentro y todos tenemos que acostumbrarnos a lo diverso, que no es malo, es distinto. Yo tampoco sabía lo que era el autismo hasta que me tocó. Pero no pueden discriminarlo por su condición, no lo voy a permitir nunca", finalizó. 

Autismo en números

- 1 de cada 160 chicos en el mundo tiene un Trastorno del Espectro Autista (TEA), según la Organización Mundial de la Salud.

- 1 por ciento de la población argentina (450 mil personas) tiene TEA, según cifras de especialistas, debido a que el país no cuenta con estadísticas oficiales.

-  1 de cada 68 chicos nace con esta condición en Estados Unidos, revela el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de ese país.

- Cada 11 minutos un chico es diagnosticado con TEA en el mundo, informó la organización Autims Speaks, que agrupa abogados en cuestiones relativas al autismo.



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