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La tercerización, a 13 años del crimen de Mariano Ferreyra

"A Mariano lo mataron por luchar", dice una de las canciones de Las Manos de Filippi, banda de rock integrada por militantes del mismo partido del cual era parte Mariano Ferreyra. Las banderas del joven asesinado por una patota siguen bien altas y tienen los colores rojo y amarillo, del PO.

Mariano Ferreyra fue asesinado en medio de una emboscada que realizó la patota de la Unión Ferroviaria. El objetivo de la burocracia era impedir por la fuerza la evolución de un conflicto de cientos de trabajadores precarizados y tercerizados. 

Este 20 de octubre se cumplen 13 años del asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, a manos de una patota comandada por la dirección Verde de la Unión Ferroviaria. Los hombres estaban bajo el mando del entonces secretario general del gremio, José Pedraza, y, como todos los años, el PO realizará un acto en el lugar donde se produjo el crimen.

“A 13 años, sigue vigente el régimen de tercerización y precarización laboral en el ferrocarril, así como la misma lucha que libró Mariano, junto a los trabajadores, para terminar con los negocios a costa de la clase obrera”, enfatizó Néstor Pitrola, dirigente nacional del PO que será uno de los disertantes del acto.

“En el ferrocarril, como en gran parte de la industria, proliferan las empresas de servicios tercerizados, particularmente para el caso de la construcción y refacción, con trabajadores contemplados dentro del convenio precario de la Uocra; y/o el caso de los trabajadores de seguridad, donde son recurrentes los conflictos por el pase a planta permanente, encuadrados bajo el convenio de seguridad privada", agregó Pitrola. 

Y agregó: "Así como sigue la tercerización laboral también siguen las patotas. El pasado 11 de octubre, la Verde de la UF atacó a candidatos opositores de la lista Marrón en las elecciones de delegados de Trenes Argentinos en el ferrocarril Belgrano Sur, en el marco de una política proscriptiva contra la izquierda y los luchadores”.

Por su parte, Eduardo Belliboni, dirigente del Polo Obrero y el Partido Obrero, quien estuvo junto a Mariano el día que la patota terminó con su vida, recordó que “este crimen contra la clase obrera puso de relieve la profundidad de la tercerización laboral en el ferrocarril y en el conjunto de las relaciones laborales del país". 

"También dejó al descubierto el entramado de relaciones entre el poder político, el Estado, la burocracia sindical y las patronales, para la defensa de un negocio y una política que involucraban a todas estas partes, incluyendo a la propia Secretaría del Transporte que más tarde sería responsable de la Masacre de Once", sumó Belliboni. 

"Una intensa campaña nacional y la lucha militante y popular lograron la condena de la cúpula de la Unión Ferroviaria, obteniendo la prisión de José Pedraza, exponente de la política criminal del ‘sindicalismo que construye’–como supo afirmar la entonces presidenta Cristina Kirchner-, quien murió con el beneficio de prisión domiciliaria", concluyó el dirigente del Polo. 



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