El intendente de Vicente López, Jorge Macri, ya lo había anticipado en sus redes sociales: haría todo lo posible para que en su distrito no se suspendan las clases presenciales, tal como lo ordena el decreto de necesidad y urgencia firmado por el presidente Alberto Fernández.
A minutos de conocerse un nuevo récord de contagios en el país y teniendo en cuenta que en AMBA la ocupación de los hospitales y clínicas es muy alto, el primo del ex presidente Mauricio Macri firmó un decreto local que compite con el nacional. El objetivo fue cumplir con eso que, desde la silla opositora, se habían propuesto varios: que el lunes los chicos y chicas vayan a la escuela. El llamado a la rebeldía ya le causó a Mauricio Macri un problema judicial: fue denunciado por un fiscal por instigación al delito y desobediencia. Pero eso no pareció frenar a su familiar, quien impuso su propio decreto comunal para declarar "esencial" el dictado de clases y encontrar, así, una zona gris en la orden del Gobierno nacional, que mantiene la circulación de trabajadores esenciales. La tensión por las clases parece ser el eje central entre el oficialismo y la oposición. Tal es así que Alberto Fernández y Horacio Rodríguez Larreta tuvieron que reunirse este viernes temprano para acercar posiciones. El problema fue que luego de esa charla cada uno brindó una conferencia de prensa en las que mantuvieron sus posturas: el Presidente manifestó la necesidad de frenar todo por la curva ascendente de contagios y muertes, mientras el jefe comunal porteño insistió con que ir a la escuela no es un problema.
