La agencia calificadora de riesgos crediticios Fitch bajó la calificación de la deuda de los Estados Unidos de Investment Grade (AAA) a AA+, debido a las perspectivas fiscales para los próximos tres años y una deuda elevada y creciente, lo cual generó una fuerte respuesta del gobierno de Joe Biden, según informó la agencia Bloomberg.
"La rebaja de la calificación de Estados Unidos refleja el deterioro fiscal previsto para los próximos tres años, una carga de la deuda pública elevada y creciente, y la erosión de la gobernanza en relación con sus homólogos con calificación "AA" y "AAA" durante las dos últimas décadas, que se ha manifestado en repetidos bloqueos del límite de la deuda y resoluciones de última hora", señaló Fitch.
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La calificación de Fitch provocó una dura respuesta del gobierno de los Estados Unidos que dejó en evidencia el malestar de la Casa Blanca con la nueva nota crediticia.
La secretaria del Tesoro de los Estados Unidos, Janet Yellen, manifestó su desagrado con la calificación de la agencia Fitch.
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En un comunicado, emitido en Washington, Yellen expresó: "Estoy totalmente en desacuerdo con la decisión de Fitch Ratings. El cambio de Fitch Ratings anunciado hoy es arbitrario y se basa en datos obsoletos".
En un comunicado del Departamento del Tesoro, Yellen indicó que "el modelo de calificaciones cuantitativas de Fitch disminuyó notablemente entre 2018 y 2020 y, sin embargo, Fitch anuncia su cambio ahora, a pesar del progreso que vemos en muchos de los indicadores en los que Fitch se basa para su decisión".
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Más adelante, Yellen remarcó que "muchas de estas medidas, incluidas las relacionadas con la gobernabilidad, han mostrado mejoras en el transcurso de esta Administración, con la aprobación de legislación bipartidista para abordar el límite de la deuda, invertir en infraestructura y realizar otras inversiones en la competitividad de Estados Unidos".
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La funcionaria enfatizó que "la decisión de Fitch no cambia lo que los estadounidenses, los inversionistas y la gente de todo el mundo ya saben: que los valores del Tesoro siguen siendo el activo líquido y seguro preeminente del mundo, y que la economía estadounidense es fundamentalmente fuerte".
Yellen detalló que "en los últimos años, los Estados Unidos han experimentado una recuperación económica históricamente rápida de una profunda recesión. Hoy, la tasa de desempleo está cerca de mínimos históricos, la inflación se ha reducido significativamente desde el verano pasado y el informe del PIB de la semana pasada muestra que la economía estadounidense sigue creciendo".
"La economía estadounidense -agregó- sigue siendo la economía más grande y dinámica del mundo, con los mercados financieros más profundos y líquidos del mundo. Para aprovechar esto, el Presidente Biden y yo nos hemos centrado en realizar inversiones críticas en la fortaleza económica central y la capacidad productiva de nuestro país".
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Finalmente, Yellen puntualizó: "El Presidente Biden y yo estamos comprometidos con la sostenibilidad fiscal. La legislación de límite de deuda más reciente incluyó más de $1 billón en reducción del déficit y mejoró nuestra trayectoria fiscal. De cara al futuro, el Presidente Biden ha presentado un presupuesto que reduciría el déficit en 2,6 billones de dólares durante la próxima década a través de un enfoque equilibrado que apoyaría las inversiones a largo plazo".
