Damián Abel, Augusto Brizuela, Enzo Brizuela, Walter Mansilla, Matías Paz, Jorge Ramos, Rubén Sachetti y Eduardo Villagra permanecen detenidos en la Comisaría de Andalgalá mientras que Aldo Flores, Ailén Saracho, Sara Fernández, Omar Martiarene continúan detenidos en sus domicilios. ¿El motivo? Formar parte de la Asamblea El Algarrobo, que se opone a la megaminería. Más concretamente a la explotación ilegal de 11 pozos que permitió el gobierno de Catamarca en el emprendimiento minero Agua Rica de la empresa multinacional canadiense Yamana Gold.
"12 vecinxs de Andalgalá han sido señaladxs arbitrariamente con la intención evidente de querer acallar nuestro justo reclamo y la defensa de nuestros recursos naturales. Piden individualizar a lxs violentxs, condenar unx a unx, responderemos todxs, que el árbol no nos tape el bosque. No queremos megaminería en ningún territorio. Venimos soportando presiones, escraches, amedrentamientos y seguimos de pie, seguimos juntxs y en lucha. Cuidamos el cerro, el agua, el aire, nuestra flora y fauna autóctonos, nuestras raíces porque nos sabemos parte de este todo colosal que algunxs llamarán pacha, dios, universo, amor y eso impide que aceptemos la atomización, el apartamiento, la exclusión de quienes hoy no pueden salir a caminar", expresaron desde la Asamblea El Algarrobo, que lleva once años luchando contra la instalación de Agua Rica.
El emprendimiento minero es ilegal porque se encuentra emplazado en una zona de glaciares y la ley de glaciares impide la actividad minera en esos territorios.
A su vez desde la Asamblea denuncian "torturas" y repudian las declaraciones del director de Derechos Humanos de Catamarca, Hernán Velardez Vaca, quien aseguró que "no hubo malos tratos". En esa línea se expresó el gobernador Raúl Jalil al aire de Radio con Vos: "No hubo ningún tipo de represión. Yo le pedí a la Policía que no reprima y no reprimieron. Después salieron los allanamientos que tienen que salir y está en manos de la Justicia. Tampoco se puede incendiar la sede del Partido Justicialista e incendiar toda una empresa internacional y pensar que la Justicia no va a actuar. Está bien que actúe la Justicia". La Asamblea respondió: "Les apuntaron con armas, los golpearon en el rostro y les dieron patadas en el abdomen", responden de la Asamblea.
Teresa tiene a su hijo Matías Paz detenido en la Comisaría desde el lunes 12 de abril. "Llegaron alrededor de las 11.30, yo estaba con mi hijo Juan y mi nieto, rompieron la puerta bruscamente, no hacía falta porque acá las casas están sin llave. Me agarraron y me tiraron en el patio y me tuvieron media hora en el piso, yo sólo pensaba en mi nieto, que estaba solito en la habitación y les pedía que lo trajeran conmigo. Ellos me gritaban que si seguía hablando me iban a llevar detenida a mí también. Buscaban a Matías, pero él no estaba acá", le contó Tersa a Revista Cítrica y Agencia Tierra Viva, que realizan una cobertura colaborativa desde el territorio.
El calvario de Teresa duró cuatro horas. Cuando llegó su marido de trabajar se encontró con 30 efectivos que no lo dejaban entrar a su casa. Le decían que buscaban a Matías por robo y agresión a la sede de Agua Rica, sin ninguna prueba. A su otro hijo, Juan, lo sacaron de la cama y lo tiraron al suelo, le pegaban en los riñones mientras revolvían sus pertenencias.
"En casa hay un mural que recuerda la represión de hace once años. Estaban ensañados con el mural, decían que la pintura concordaba con los daños que habían registrado en la sede de Agua Rica, se llevaron una botellita que tenía el cambio de aceite que días antes le habían hecho mis hijos a la moto, también un tachito con el aceite de lino que usamos para curar la madera, no sé qué buscaban. Nunca me imaginé que en democracia viviríamos algo semejante, es un cambio de época: es la dictadura de las mineras. Pedían que no me tocaran por los contagios de Covid, pero había caso. En un momento había 6 policías charlando en aquel costado del patio y escucho que dicen que habían encontrado una bala tirada. ¿De dónde vamos a sacar nosotros una bala? Me dijeron que la iban a usar de evidencia y nos amenazaron si nos atrevíamos a decir lo contrario, que nos íbamos a arrepentir", contó Teresa las amenazas recibidas.
