Fue el último en estar a la cabeza de la Unión Soviética. Hizo un pacto con el estadounidense Ronald Reagan para restaurar el capitalismo en Rusia. Recibió un Nobel de la Paz. Renunció y se disolvió la URSS. Luego armó un partido de socialdemócratas, porque no podía vivir sin hacer política, pero también renunció. Se metió en los medios y hasta grabó una publicidad de Pizza Hut con su nieta. Le dieron un Grammy por un disco en el que leyó cuentos para niños y niñas; y la experiencia le gustó tanto que después grabó otro disco más pero animándose a cantar.
"Tras una larga enfermedad grave, murió Mijaíl Sergeevich Gorbachov", informó este martes el Hospital Clínico Central (TSKB). Tenía 91 años y se autopercibía un hombre libre y socialista.
"Sigo considerándome socialista, francamente, sigo viendo a Lenin como nuestro guía", afirmaba Gorbachov un año atrás en diálogo con RTVE. Pero tenía en claro que sus decisiones tuvieron consecuencias en toda la militancia internacional y reconoció que "algunos piensan que yo he destruido el socialismo".
"La disolución de la Unión Soviética era un factor político de una gran importancia en el sentido que le daba al capital mundial la confianza de que en el peor momento de una crisis económica, el Estado iba a poder rescatar al capital, algo que no iba a ocurrir si las masas en el mundo estaban levantadas y no iban a aceptar de ninguna manera pagar la cuenta del capital mundial y del capital mundial en una crisis. Entonces, Reagan y Gorbachov organizan la restauración del capitalismo en Rusia, organizan la disolución, y la burocracia entiende que ya no tiene posiciones firmes frente al proletariado de sus países y que tiene que entrelazarse con el imperialismo, y el imperialismo aceptar como socia a la burocracia en una lucha contra la revolución proletaria", analizó en su momento el dirigente e intelectual Jorge Altamira.
Acompañado por sus cuidadores, Gorbachov vivió sus últimos años en soledad desde el momento en que falleció su compañera. "Todavía no lo he superado", aseguraba triste sobre la pérdida que sufrió en el 99. Y es algo que se le notó sincero dado que incluso, cuando Raisa Maksimovna murió, Gorbachov dijo públicamente que la vida ya no tenía sentido.
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