Latinoamérica y el Caribe es la más violenta del mundo para las mujeres, según un Informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres, lanzado hoy por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, que se conmemora el sábado.
El informe, titulado "Del compromiso a la acción: políticas para erradicar la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe" y presentado en el parlamento regional (Parlatino), señala que en 2016, 31 de los 33 países tenía políticas nacionales de protección, un 20% más de los que contaban con alguna normativa en 2013.
Sin embargo, "la región registra las tasas más altas de violencia contra la mujer fuera de la pareja y la segunda más alta dentro de ella, según datos del Observatorio sobre Igualdad de Género en América Latina y el Caribe", detalló el informe.
El estudio alerta que el número de femicidios está en aumento, y dos de cada cinco son resultado de la "violencia doméstica"; además, alrededor del 30% de las mujeres han sido víctimas de violencia por parte de su pareja y el 10,7% han sufrido violencia.
Para realizar este relevamiento, los organismos de Naciones Unidas se basaron en las respuestas de 33 países a un cuestionario y entrevistas bilaterales con algunas/os de sus representantes, llevados a cabo durante 2014 y 2015, además de la revisión de fuentes secundarias de información.
ARGENTINA: CON MALOS NÚMEROS Y FALTA DE INVERSIÓN
De los siete capítulos que conforma el documento, tres están destinados al estudio de las leyes, y políticas y planes destinados a prevenir y combatir la violencia hacia las mujeres.
En este contexto, Argentina se ubicó entre los 14 países de la región donde la legislación guarda consistencia con las políticas y/o planes nacionales (45%); aunque el informe destaca que en más de la mitad de esas naciones esto no sucede.
Otro ítem fue el rango en el que se encuentran los programas específicos de género en la estructura gubernamental: en este punto Argentina se ubicó en el tercer grupo junto a otras 17 naciones (el 61%) en las que los denominados MAM (Mecanismos Institucionales para el Adelanto de la Mujer) tienen el nivel más bajo de jerarquía institucional.
El estudio también describe que "sólo 16 de los 33 países (45% y entre ellos Argentina) brindaron información acerca de la fase de monitoreo y evaluación de las políticas y/o planes nacionales para abordar la violencia contra las mujeres y/o de género".
"Otro grave problema en la región es la falta de medición confiable, sistemática y periódica de la prevalencia e incidencia de la violencia contra las mujeres", advierte el trabajo.
En este sentido, dos organizaciones de la sociedad civil (La Casa del Encuentro y Mumalá) presentaron ayer su estadística parcial de 2017 sobre femicidios arrojando que una mujer es asesinada cada 29 o 30 horas en el país.
Sobre las estadísticas oficiales, Argentina cuenta con la información de la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) de la Corte Suprema de la Nación, que brinda una cifra levemente inferior a la de las organizaciones (1 mujer cada 35).
"Esto se debe a que la OVD sólo puede tomar como femicidio aquellos delitos con el agravante de la condición de género, lo que no siempre es reconocido en los procesos judiciales", explicó Ada Rico, presidenta de la Asociación Civil La Casa del Encuentro.
Finalmente, el informe recomienda abordar los problemas de protección de las mujeres a un nivel político más alto, con más inversión, con un enfoque integral y una mayor cooperación, como puntos clave para erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas en América Latina y el Caribe.
"Este informe destaca varios puntos de gran importancia: la necesidad de asignar más recursos, estructurar mejor la respuesta y articular mejor el trabajo entre los diferentes actores. Debemos trabajar para mejorar la recopilación y medición de datos que registran la violencia contra mujeres ", sostuvo Luiza Carvalho, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.
El reporte fue lanzado como parte de la campaña "Únete para poner fin a la violencia contra las mujeres", que reúne a varios organismos de Naciones Unidas.
"Es muy importante ver el enfoque de la violencia contra las mujeres como un factor catalizador para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 en su conjunto", expresó por su parte Richard Barathe, director del Centro Regional del PNUD para América Latina y el Caribe.