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Guitarra, melodía y protesta: Mariano Luque anticipa su nuevo disco en Buenos Aires

El músico riojano radicado en Córdoba conversó con Infonews antes de su próximo show en Buenos Aires, este viernes.

Mariano Luque. Foto: Eduardo Fisicaro.
Mariano Luque. Foto: Eduardo Fisicaro.

En la música de Mariano Luque se entremezclan la potencia con la melodía, la furia de la protesta con la sensibilidad y el amor. Así pueden ser sus canciones folclóricas: clásicas y modernas a la vez. Y en medio de esas supuestas contradicciones surgió el nombre de su próximo disco: "Historias Futuras".

Para saber de dónde vienen esas diferentes miradas de la realidad musical es mejor, quizás, ahondar en la personalidad del propio cantautor, que actuará este viernes a las nueve de la noche en el Club Atlético Fernández Fierro (CAFF), de la Ciudad de Buenos Aires.

"Estudio mucho filosofía. Creo que tiene que ver con mi manera de pensar y se ve reflejado en las canciones. Cuando te empezás a preguntar todo y todas las certezas que fuiste construyendo en tu vida se van desmoronando porque importan más las preguntas que las respuestas, cuando empezás a deconstruir las verdades que tenías, cuando pensás que la verdad no existe sino que existe la interpretación de los hechos... en base a esas grandes preguntas me gustaba el oxímoron de Historias Futuras para el disco", relata.

¿Qué hay detrás de ese oxímoron?

Hay muchas letras de cosas que me pasaron o que me van a pasar. Es dejar registrado cosas que quizás me pasen o quizás me pasaron. Es darle valor a la disyuntiva creyendo que me hace crecer.

¿Y qué lugar tiene tu interpretación? Porque no son todas iguales.

En la canción he sido siempre muy sensible a la realidad social. Eso me ha puesto en un lugar de interpretación subjetivo. No creo que exista una mirada objetiva. Trato de defender mi postura sabiendo que puede haber otra.

¿Esos distintas interpretaciones están en tu estilo musical?

Totalmente. No sé si la palabra es fusión pero incorporo instrumentos que no son los cotidianos en el folclore y los utilizo desde el punto de vista folclórico.

En esa provincia que hace cuña entre Cuyo y el Norte, surcada por paisajes increíblemente bellos y poderosos, y regada de desiertos abrasadores, nació en 1977, en la etapa más feroz de una dictadura feroz, Mariano Luque. Un tipo alto, con cara de duro y un alma traslúcida y suave.

Y de ese ser aparecieron hasta el momento tres discos: "Aromas del lugar" (2001), "Peregrinos" (2013) y "Cosecha" (2016). El último de ellos fue el más difundido, con ritmos de chacareras y zambas muy marcados, ejecutados con la fuerza de guitarras y bajos eléctricos delante de una batería precisa y un redoblante poderoso.

De Sangre Cosecha y Rebelión en Cosquín 2018.

Tras haber finalizado, este año, la grabación de un cortometraje a partir de su canción "De sangre cosecha y rebelión", registrada en "Cosecha" y dedicada al obispo Enrique Angelelli, Luque está a punto de lanzar su cuarta placa de estudio.

"Hay un montón de canciones que están desesperadas por salir. A los compositores nos pasa que los discos van mucho más lentos que nuestra actividad creativa", sostiene.

¿Cómo te fue con "Cosecha"?

Fue muy sorprendente porque tuvo críticas que no las esperaba. Sentía que este disco era como un giro en mi carrera, que estaba más definido mi rol compositivo, tenía más camino recorrido y más vivencia. Tenía hijos, que son determinantes en la carrera de un compositor porque empezás a ver la vida de otra forma. Cosecha fue el primer disco que presento en Buenos Aires. Me ha dado mucho más de lo que esperaba.

¿Y cómo lo ves hoy desde tu crecimiento musical?

Estoy seguro que hay algún tema de ese disco que va a quedar en algún lugar recóndito de la historia de la música popular. "Fusil de Coplas" me voló la cabeza en el momento que lo compuse. Lo hice después de tocar en Cosquín en 2016, y escucho que un artista criticaba a otro porque decía que en Cosquín no había que hacer política, sino divertir a la gente. Y a la semana tenía la canción: "No me pidas que mi canto sea solo diversión / que mirar para otro lado te hace cómplice del dolor". Esa frase fue la disparadora del tema. Esas cuestiones me sensibilizaron más que la canción de amor a la mujer, que no he tenido hasta ahora la capacidad de hacerlo.

Fusil de Coplas, con Paola Bernal y Rubén Patagonia.

¿El disco que estás grabando sigue el mismo camino que Cosecha?

En cada disco me gusta incorporar sonidos nuevos para mi carrera. Llegué a la conclusión de que el artista es prescindible. Lo que es imprescindible, la que es eterna es la canción. Muchas veces es más conocida la canción que su autor, y es porque ha llegado más lejos. Nosotros tenemos un tiempo muy finito. Y me parece bien. Porque nuestro objetivo es la canción. Obviamente, nos interesa que nos recuerden a través de la canción.

¿Qué es Buenos Aires para un músico de La Rioja?

Cuando me fui de La Rioja, Córdoba y Buenos Aires eran las dos capitales más importantes por lo tecnológico. Y Buenos Aires por la prensa. Córdoba tiene la ventaja que a los riojanos nos queda más cerca. Y el desarraigo es muy fuerte: es estar solo en un lugar donde había más de tres semáforos y una línea de colectivos. Y las distancias eran muy grandes, no te saludabas con todo el mundo en la calle, te sentías distinto desde la tonada hasta la idiosincrasia.

Y encontré en la universidad un lugar donde se congregaban estas historias del interior del interior en la Provincia de Córdoba. De ahí nace, a mi entender, lo que hoy se llama el nuevo folclore: Raly Barrionuevo, el Dúo Coplanacu, Emiliano Zerbini, Ramiro González, Bruno Arias, Pachi Herrera. Nos conocidos en Córdoba en el 98. O el Encuentro de San Antonio de Arredondo, que nos convoca desde hace más de 20 años.

¿Y Buenos Aires?

Es el cuco, donde hay mucha gente, donde el folclore no es la música que capta más atención. Pero donde están concentrados los medios de comunicación y uno tiene la posibilidad de llegar a todo el país. Es el cuco inevitable para todos los artistas que intentamos que nuestra música sea cada vez más conocida.

¿Es también un desafío?

Es un desafío enorme. Pero quizás el cuco no es Buenos Aires, sino que el Cuco está en nosotros. Y encontrás que en Buenos Aires hay gente como vos, que está en la misma. Que quizás a uno lo asusta la rapidez con que se vive. Quizás son los desafíos que uno necesita vencer y sentir que la música de uno se merece estar acá. De última, eso lo determina la gente y la historia.  



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