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Por una ley de cupo laboral trans en la Ciudad

La comunidad travesti y trans en Argentina tiene un promedio de vida de entre 35 y 40 años. Antes de la ley de identidad era de 32.

Por una ley de cupo laboral trans en la Ciudad
Por una ley de cupo laboral trans en la Ciudad
Hay momentos en la historia en los que quienes tenemos responsabilidades legislativas tenemos el poder de marcar un antes y un después en la vida de la gente. Así sucedió en 2012 con la ley de identidad de género. Ley que fue y es faro de referencia de derechos humanos para todo el mundo aunque para el volumen mediático haya pasado desapercibida en esa época. 
Esa ley, en un contexto en el que ganábamos derechos todos los días y la vara se corría un poquito más hacia nuestro lado, fue un monumento a la igualdad. 
 
Ser legal. Esa es la diferencia. Para lxs que nacemos y atravesamos la vida con el privilegio cisexual ya se nos hace bastante difícil sobrevivir a un contexto como el actual, de ajuste económico y represión sobre nuestros cuerpos, de misoginia y xenofobia institucionalizada, de precarización de nuestras existencias en todos los niveles habidos y por haber. 
Imaginate cuando la historia empieza porque no reconocen tu nombre, imaginate cuando en patota te patean la cara simplemente por existir mientras la policía te denigra. Imaginate si los hospitales no tuviesen médicos preparados para atenderte si es que tenés la suerte de llegar al hospital y la escuela valida tu expulsión. Imaginate si al entregar tu currículum en la tienda de la esquina te burlan, y tu familia te echa de casa por ser quien sos.    La comunidad travesti y trans en Argentina tiene un promedio de vida de entre 35 y 40 años. Antes de la ley de identidad era de 32. La variabilidad de la expectativa de vida de como mucho 40 años está directamente asociada a las condiciones que el Estado pueda garantizar a sus ciudadanxs, ya que por ejemplo el 98% de la comunidad no accede a un trabajo formal, lo que implica una dificultad enorme para acceder también a una vivienda, al sistema de salud, e incluso a tener para comer todos los días en el país megadevaluado.    Por eso hoy más que nunca entendemos la urgencia y la necesidad de la Ley Nacional de cupo laboral travesti trans que lleva el nombre de Diana Sacayán. Porque no sólo tenemos el compromiso de garantizar la justicia ante cada travesticidio sino también de frenar el travesticidio social y estatal que significa no hacer nada frente a la extrema vulnerabilidad y precarización de estas existencias.    En la Legislatura estamos trabajando para lograr una Ley de Cupo Laboral para personas trans en la Ciudad de Buenos Aires. Desde hace años se presentan proyectos en este sentido, hace dos años se consensuó un texto por parte de todos los bloques, pero finalmente fue frenado desde el Ejecutivo.   A Diana Sacayán la asesinaron un mes más tarde de la aprobación de la ley de cupo laboral trans en la Provincia de Buenos Aires. El juicio que se llevó adelante fue emblemático y dio cuenta de la violencia que sufre el colectivo LGBTI. Hoy, luego de mucho trabajo de la familia, de la abogada, de las y los amigos, de la militancia y de algunos organismos que ayudaron en la investigación, tenemos algo de justicia entre tanta injusticia, ya que  uno de los asesinos de Diana fue condenado y podemos hablar de la figura de travesticidio que nos permite visibilizar el odio de género que sufren esas comunidades.   Tenemos por delante el desafío de lograr consensos necesarios para que sea ley el acceso igualitario al trabajo, tenemos el desafío también de extinguir de cada rincón de nuestro territorio el transodio heredado de la cultura machista, binaria y heteronormada. Pero ante todo tenemos el desafío de legislar, resistir y militar para que efectivamente reine en el pueblo el amor y la igualdad.     Andrea Conde es legisladora porteña (Unidad Ciudadana - Nuevo Encuentro) y Presidenta de la Comisión de Mujer, Infancia, Adolescencia y Juventud.        


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