Todo empezó a las pocas horas de haberse cerrado la extensión de la paritaria de Comercio, tal como se había previsto en marzo, en virtud de los nuevos incrementos inflacionarios.
Las partes llegaron a un acuerdo para sumar otro 20% de aumento, que se pagará enter febrero y abril, y que hará llegar el incremento salarial anual a un 45%.
Así lo habían firmado las tres cámaras que representan a las empresas y la conducción del sindicato que encabeza el cuestionado Armando Cavallieri.
Sin embargo, fueron primero las cadenas de electrodomésticos las que plantearon la imposibilidad de cumplir con lo pactado. "Las ventas cayeron un 50%, no podemos afrontar en este contexto la suba paritaria que se firmó", fue el planteo empresarial.
Más tarde se sumaron los supermercados, en la voz de Juan Vasco Martínez, directivo de a Asociación de Supermercados Unidos, quien advirtió al diario El Cronista: "Nos pone en una situación extremadamente grave, y además, puede tener consecuencias negativas tanto para empresas como trabajadores".
Finalmente, las pymes representadas por CAME también salieron al ruedo. "La mayoría de las empresas no podrían pagar el ajuste y además el bono", indicó Pedro Cascales, vocero de la entidad.
Consultado acerca de por qué la cámara firmó el acuerdo, Cascales expicó que "no había alternativa, estaba firmado en la paritaria de marzo que en noviembre nos íbamos a sentar a hablar, pero nadie preveía en ese momento que la inflación iba a ser del 45 por ciento".
