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Acuerdo por petróleo y combustible entra en la recta final

Esta semana cerrarán las negociaciones entre productoras de hidrocarburos, refinadoras, provincias, sindicatos y el Estado nacional para establecer una grilla de precios.

Las negociaciones entre el gobierno, las provincias petroleras y las empresas y sindicatos del sector hidrocarburífero ingresaron ayer en la recta final. Se espera que esta semana concluyan con un acuerdo por el cual se refrende el sostenimiento de un precio interno del petróleo crudo por encima del internacional aunque con una diferencia menor a la actual, una suba del precio de los combustibles por debajo del nivel de la devaluación, una reducción de los impuestos que gravan a los combustibles y garantías de inversión por parte de las empresas, de ingresos por regalías a las provincias y de sostenimiento de puestos de trabajo. "El acuerdo implicará una serie de cambios en los que todos deberán poner algo para que salga adelante", graficó una persona con acceso a las conversaciones a Tiempo Argentino.

El convenio que se busca remplazar es el que venció el 31 de diciembre pasado y que fuera montado por el gobierno de Cristina Fernández. Ese acuerdo establecía un precio sostén para el crudo local de entre 63 dólares el barril (variedad Escalante) y 77 dólares (variedad Medanito, de mejor calidad). Para que se note la diferencia con los valores internacionales, en picada desde hace un año largo, el barril de la variedad West Texas Intermediate (WTI, de referencia en Argentina) para entrega en febrero se ubicó ayer en torno a los 37,52 dólares, mientras que el Brent del Mar del Norte (referencia para Europa y Japón) para el mismo plazo de entrega, cotizó a 37,89 dólares. La distancia entre estos valores y los que las refinerías pagan en el mercado local ha sido cargada a la mochila del Estado.

Uno de los objetivos del nuevo acuerdo es reducir esa carga. Ayer, una agencia de noticias local consignó que los nuevos valores internos podrían ser un 15% más bajos.

Una reducción semejante implicaría una caída en el mismo nivel de las regalías que cobran las provincias por la extracción de crudo de su territorio. El mecanismo que se analiza apunta a que los ingresos provinciales no se resientan en esa magnitud para lo cual se implementaría un traspaso de ingresos desde el Estado Nacional a partir de los que recibe por impuestos vinculados a la venta de combustibles. De esa forma se paliaría una parte de la baja en los ingresos de las provincias organizadas en la OFEPHI.

Las empresas dedicadas a la refinación de crudo se verían beneficiadas porque se reduciría el valor del petróleo que deben pagar. Las que además poseen redes de estaciones de servicio recibirían el impacto de una suba de los combustibles que se analiza en torno del 20 por ciento.

Uno de los escollos que debería superar este complejo esquema es que la refinación aparece como la más beneficiada por los cambios. En los números que baraja el Ministerio de Energía, que comanda Juan José Aranguren, se busca un segundo trasvasamiento que derivaría una parte de esos ingresos hacia otros sectores.

A cambio de recibir un precio por encima del internacional, las petroleras deberán asegurar por escrito un plan de inversiones cuya magnitud aún no fue puesta sobre el tapete. Los sindicatos petroleros, cuyos representantes ya están en Buenos Aires, han actuado en tándem con las petroleras que las emplean, en el sentido de que defienden el mayor precio interno.

El consumidor será el que, en definitiva, con cada carga del tanque del auto, sostendrá al conjunto de los protagonistas que interactúan para que el combustible llegue a su destino.Biocombustibles

El gobierno subiría el porcentaje del corte de etanol en la nafta entre un 2 y un 2,5% para generar inversiones en el sector de los biocombustibles. El porcentaje de corte pasaría así del actual 10% a un 12 o 12,5 por ciento.

Según la cartera de Energía y Minería, el corte con etanol sería una herramienta para que la suba del precio de la nafta no supere a la inflación, ya que el subsidio proveniente del bioetanol abarata los costos de producción.

El etanol que se usa en el país (unos 788 millones de metros cúbicos) proviene en un 40% de la producción de caña de azúcar y en un 60% de la de maíz.

En la Argentina, hay cinco plantas de bioetanol produciendo para biocombustible y nueve plantas vinculadas con ingenios azucareros.

Energía y Minería aceptó un pedido de Tucumán para incrementar la participación del etanol. El aumento en los cortes estará estipulado en el programa de biocombustibles de alcance nacional.Inversiones en Neuquén

Proyectos de inversiones por 5000 millones de dólares se ejecutarán en la provincia de Neuquén durante 2016 para desarrollar yacimientos de hidrocarburos no convencionales en la formación Vaca Muerta, informó el subsecretario de Energía de la provincia, Gabriel López. "Esto significa arrancar con 300 pozos más nada más que de la actividad no convencional con una inversión que se distribuye a razón de 1000 millones de dólares en proyectos en etapa piloto, 2000 millones de dólares en Loma Campana y 500 millones de El Orejano, que se suman a la que aporta la tendencia en declive pero estable de los convencionales", especificó.

López especificó que en la actualidad Neuquén cuenta con 7000 u 8000 pozos productivos, mientras que a lo largo de su historia el tope fue de 13 mil. Las estadísticas de la actividad de petróleo y gas no convencional indican que en 2012 se perforaron 101 pozos; en 2013, 200; en 2014, 310 y en 2015, 300 pozos con una estimación a cinco años de 500 pozos. 



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