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Polvorín: la frontera entre Polonia y Bielorrusia sacude a Europa

Tanto de un lado como del otro se tiran responsabilidades y dominan discursos de odio. En el medio, familias intentando sobrevivir, y buscar una mejor calidad de vida.

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El mundo es atroz. Por donde se lo mire. Las escenas de esta absurda obra de teatro diario arrojan instancias de dolor, miseria, desesperación. Decenas de migrantes y refugiados de guerra que quieren radicarse en la Unión Europea (UE) intentaron ingresar en Polonia -desde Bielorrusia-. El gobierno polaco afirma que los migrantes "atacaron con piedras" a las fuerzas represivas de ese país. ¿La respuesta? gases lacrimógenos, golpes, y sobre todo deshumanización.

En todo este miserable berenjenal, el Ministerio de Defensa polaco denunció que fuerzas de seguridad de Bielorrrusia suministraron a los migrantes granadas y otras armas, y que dirigieron toda la violenta operación desde un drone. Por su parte, Bielorrusia no respondió a estas afirmaciones, y acusó a Polonia de acciones violentas contra personas situadas "en el territorio de otro país", -es decir- el suyo.

Estos hechos marcaron una nueva escalada en el marco de una tensa crisis política, y de una situación migratoria cada vez más problemática, en las fronteras de Bielorrusia con Polonia y Lituania y, en menor medida, con Letonia, que son también las fronteras orientales de la UE y la OTAN.

El Ministerio de Defensa de Polonia dijo -citado por Telam- que fuerzas bielorrusas trataron de destruir una valla fronteriza en esa zona limítrofe, cerca de la ciudad polaca de Kuznica, y el Ministerio del Interior publicó un video en el que se ve a migrantes intentado derribar otra valla.

La Guardia Fronteriza polaca difundió por Twitter otro video en el que se ve a un carro hidrante disparar un chorro de agua hacia migrantes acampados del lado bielorruso de la frontera, soportando temperaturas bajo cero.

En tanto, la policía polaca argumentó que un oficial sufrió heridas graves -posiblemente una fractura de cráneo- al recibir un piedrazo lanzado -supuestamente- por los migrantes. La vocera de la Guardia Fronteriza polaca, Anna Michalska, dijo que cerca del paso fronterizo donde ocurrieron los hechos había unos 2.000 migrantes, pero que solo unos 100 participaron del ataque, informó la agencia de noticias estatal polaca PAP.

Después de la violencia, el vocero policial polaco Mriusz Ciarka dijo que el paso fronterizo de Kuznica estaba "pacificado". Agregó que los atacantes estaban equipados con granadas de gas suministradas por los servicios de seguridad de Bielorrusia, que tiraron piedras a la policía y que toda la operación estuvo controlada por Bielorrusia desde un drone.

En respuesta, la Guardia Fronteriza bielorrusa dijo que lanzó una investigación sobre el uso de la fuerza por parte de Polonia. "Estas se consideran acciones violentas contra individuos que están en el territorio de otro país", dijo el vocero de la Guardia Fronteriza, Anton Bychkovsky, informó la agencia de noticias estatal bielorrusa Belta.

La UE acusa al Gobierno bielorruso de Alexandr Lukashenko de orquestar la crisis en las fronteras con tres de sus Estados miembro -Polonia, Lituania y Letonia- para tratar de desestabilizar a todo el bloque. La UE ha impuesto duras sanciones a Bielorrusia por la represión de marchas opositoras luego de la reelección de Lukashenko el año pasado, y ayer anunció que le impondrá más penalidades "en los próximos días" por provocar la situación con los migrantes.

Bielorrusia ha dicho que los migrantes no quieren quedarse en el país ni volverse a los suyos, y que no tiene ni dinero ni medios para contenerlos. El máximo tribunal de la UE falló este año que Polonia debe recibir a los migrantes, que en su mayoría son refugiados de las guerras de Siria e Irak. Entre ellos hay familias enteras, con numerosos niños. Hasta ahora se ha informado de la muerte de 11 migrantes en la frontera con Polonia.

Polonia ha adoptado medidas severas, como el despliegue de miles de soldados y policías, el refuerzo de la frontera con alambres de púas y la declaración del estado de emergencia en la zona limítrofe. Ayer anunció planes para construir un muro en la frontera. Grupos de derechos humanos han criticado a Polonia por no permitir a los migrantes ingresar y pedir asilo.

La UE, que tiene un fuerte enfrentamiento con el gobierno nacionalista polaco por leyes polacas que van a contramano de las comunitarias, avaló hasta ahora la postura de Polonia en esta situación. La UE teme que esto degenere en otra crisis migratoria como la que sufrió en 2015, cuando 1 millón de refugiados de guerra llegaron a Europa de manera irregular desde Turquía o el norte de África.

Esa crisis provocó fuertes divisiones dentro de la UE, y cuando el bloque llegó finalmente a un acuerdo para repartirse los migrantes, Polonia fue uno de los tres países que no quiso cumplir con él. Rusia, un aliado de Bielorrusia, ha fustigado a Polonia por no aceptar a los migrantes, y Polonia, en respuesta, acusó al presidente ruso, Vladimir Putin, de causar la actual crisis en la frontera.



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