Cuerpos hegemónicos: vendía alimento tóxico como "producto para adelgazar"
"Nuez de la India" es el producto que una argentina vendía con la promesa de que era útil para bajar de peso. ¿Funciona? Sí, pero su uso es potencialmente mortal. ¿Cómo se vincula este hecho con la hegemonía de los cuerpos?
La Cámara Nacional en lo Criminal procesó a una mujer por vender por redes sociales un producto que promocionaba como beneficioso para adelgazar, pero que está prohibido por la Anmat por ser "peligroso para la salud".
La decisión de la Sala I de la Cámara recayó sobre C.E.C., (la identidad se mantuvo en reserva porque el procesamiento no está firme) con un embargo de 301.500 pesos en sus bienes.
La defensa de la procesada, ejercida por abogados del servicio de Patrocinio Gratuito de la Universidad de Buenos Aires, argumentó que la mujer ignoraba el carácter nocivo del producto “Nuez de la India”, que comercializaba a través de Facebook.
La Nuez de la India es fruto de un árbol originario de Indonesia y algunas islas del Pacífico Sur. Contiene diterpenos tóxicos que tienen efectos agudos laxantes.
Al ingerirlo la persona bajará de peso, sí, pero de un modo muy arriesgado para su salud, ya que la disminución se debe a la deshidratación por la propiedad purgante que tiene esta semilla. Esto significa que se pierden minerales excesivamente. Una de las complicaciones más graves podría presentarse a nivel cardíaco, dado el brusco descenso en los niveles de potasio, un mineral imprescindible para el correcto funcionamiento del corazón. El potasio se elimina a través de la orina y por materia fecal, que es justamente la principal consecuencia de su consumo.
Antes de llegar a un desenlace fatal, puede causar bradicardía (latidos cardíacos lentos), tensión arterial baja, desmayos, mareos, náuseas y vómitos.
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¿CÓMO?
La Sala I de la Cámara recordó la disposición 309/2014 de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) que prohíbe el uso y comercialización de ese producto en la Argentina “por cuanto su contenido es peligroso para la salud de las personas”.
Según el informe del Cuerpo Médico Forense, el producto ofrecido por internet para adelgazar “puede producir alteraciones a nivel intestinal y en los electrolitos plasmáticos”, con “arritmias cardiacas, hipotensión, deshidratación” y “posee ésteres de forbol con una acción hepatotóxica e irritante en el tracto gastrointestinal”.
Durante el allanamiento al domicilio de la procesada se secuestraron 400 gramos junto a bolsitas de polietileno.
Para otros expertos, la toxicidad de la nuez de la India se debe a su composición química basada en tres sustancias: la toxoalbúmina, que afecta al sistema nervioso y los tejidos; glucósidos cardíacos que provocan alteraciones en los latidos del corazón; y cianuro".
Sobre el supuesto desconocimiento de la “nocividad” del producto, el tribunal de segunda instancia expuso que, de acuerdo a las pruebas reunidas, “la imputada habría ofertado el producto con frases tales como "100% efectivo”, “Tratamiento sano, equilibrado y personalizado con cápsulas y semillas” y recomendaciones para su consumo.
Los camaristas Pablo Lucero y Hernán López consideraron que “la comercialización habría incluido instrucciones para la ingestión del alimento e indicaciones sobre sus supuestas características beneficiosas, datos que impiden sostener razonablemente un desconocimiento acerca de su potencial carácter nocivo para la salud, a la vez que revelan una concreta voluntad de disimularlo u ocultarlo”.
La raíz del problema
Agus Cabaleiro, activista por la diversidad corporal y creadora de contenido.
Gente, emprendimientos y empresas que intentan lucrar con productos a pesar de los daños que generan en su consumo siempre ha habido. En esta situación particular, el objetivo es adelgazar, lo que promueve, aún sin pretenderlo, una imagen corporal idealizada que se corresponde con la delgadez. Siglos atrás lo popular, lo normativo, tenía otras características; como la gordura, los pies pequeños, el cabello largo o las barbas abundantes.
La hegemonía va mutando, y hoy por hoy lo que continúa promoviéndose culturalmente es la delgadez. Es a razón de ello que la industria de la moda, de la ropa y de la publicidad, por nombrar algunos, centran sus esfuerzos en estilizar los cuerpos que venden, en achicar los talles dejando fuera a las corporalidades más robustas.
Es una cadena de sucesos: operaciones para achicar la cintura; liposucción por estética; revistas que aconsejan qué colores y cortes lucir en la ropa para verte más delgade; los tempranos diagnósticos sin argumentos de profesionales de la salud donde señalan que, ante cada consulta por problemas de salud, deberías bajar urgentemente de peso y el incremento de casos en TCA (Trastornos de la Conducta Alimenticia) y otras afecciones de la salud mental.
Es allí cuando surgen los "milagrosos" productos que prometen deshinchar la panza, las rutinas insanas y sobreexigentes de ejercicios para disminuir la grasa corporal y las dietas más dañinas que beneficiosas.
A la salud se la puede cuidar de muchas formas, pero ninguna de ellas debe ser ejercida sin la información necesaria. Comúnmente se aconseja acudir a un nutricionista, pero incluso a veces están a merced de las percepciones sociales de cómo debería ser un cuerpo ideal y "sano". No obstante, hay profesionales de la salud que logran romper con esos esquemas.
Por eso, lo primero es averiguar la raíz del problema, detectar la miopía social y escuchar un poco más a les activistas de la diversidad corporal, que tienen otras herramientas y conocimientos para sumar a una comprensión diferente y más inclusiva sobre el cuidado de la salud.
