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El homenaje que cerró un año Stone

Con un repertorio repleto de clásicos de la banda más grande del rock, la Super Killer realizó un show de dos horas y media donde no faltaron "Satisfaction, "Brown Sugar" y "Sympathy for the devil". Argentina cerró así un 2016 con sus Majestades Satánicas como protagonistas.

Y el año se cerró Stone. En un 2016 que arrancó con la gira de los Rolling Stones por América Latina y que los trajo por cuarta vez a la Argentina se cerró con un show descomunal en Buenos Aires de la Super Killer, que cumplió 10 años y lo festejó con un homenaje a la banda de rock más grande de todos los tiempos.

En un teatro Acatraz repleto, la Super Killer arrancó su setlist con el potente "Start me up". Se abrió el telón y apareció la banda con looks ochentosos para ejecutar el clásico stone de los 80. 
 
Con toda la potencia y el carisma de Walter Ayala en la voz, la Super Killer desplegó los clásicos de los Stones, las baladas más importantes y algunas perlas escondidas, como "Rock and hard place" (1989) o "The Under Assistant West Coast Promotion Man" (1965).
 
  El repertorio siguió con "Lets spend the night together" y el único tema tocado que no fue compuesto por la dupla Jagger-Richards: "Like a rolling stone", de Bob Dylan. La Super Killer hizo la versión stone que aparece en el disco Stripped (1995).   "Wild horses", la balada por excelencia, "Sweet Virginia" y "Dead flowers", los temas que le pusieron un manto emotivo y suspendieron los rocks por unos minutos.    Pero el rock volvió. Y de la mano de un medley entre "Parachute woman/Black limousine", donde aparecieron los esperados solos de los guitarristas Jonathan Heguier y Javier Lozano.   
La Super Killer, en vivo
La Super Killer, en vivo

  La década del 60 tuvo su homenaje en "Get off of my cloud", ayudado por un público que estuvo siempre presente y acompañó con coros y palmas un momento de comunión entre Ayala y la gente.    La primera parte se cerró con "Rock and hard..." con la potencia y la precisión de la base de la SK, que con Agustín Sorondo en el bajo y Damián Maneses en batería lograron una versión única de un tema poco tocado por los Stones en los últimos 20 años.    Para la segunda parte quedaron reservados los clásicos, los rocks y toda la fuerza de la SK en vivo. Para ello hubo un importante cambio de vestuario y la banda apareció con los estilos de los 70. "Midnight rambler" arrancó como un tren a toda velocidad, en el tema más largo y mejor ejecutado de la noche, donde la Super Killer pasó por el blues y el rock para lograr un clima oscuro, rabioso y denso. El final del tema dejó la mayor ovación de la noche del sábado 3 de diciembre en el barrio de Caballito.  
Super Killer en Acatraz
Super Killer en Acatraz

  En una ametralladora de hits, "Tumbling dice", "Gimme Shelter", "Honky Tonk Woman" (donde apareció el pianista Ariel Fink con un solo movedizo) y "Its only rock and roll" hicieron estallar al público, que no paró de cantar, agitar y bailar. En el medio hubo tiempo para una bella versión de "You cant always get what you want" que erizó la piel.    La SK contó con los vientos de Emanuel Pietravallo y Lionel Trovato, los coros de Vanesa Cocco y Carla Grosso y en percusión Martín "Ladi" Heitz para un show completo.   El final fue a puro rock con una versión endemoniada de "Sympathy for the devil", continuó el show con "Jumping Jack Flash". Y los bises: "Satisfaction" y "Brown Sugar", el tema final. Así la SK cerró un show que coronó el festejo de su década en los escenarios. Justo en 2016, el año Stone por excelencia, que termina con un disco de estudio de la banda más grande de la historia.   


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