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Crónica de un Operativo Saqueo activado

El referente más fuerte de la derecha alimentó el miedo generalizado. La referenta más fuerte de la derecha pidió que se declare el Estado de sitio. Castells subrayó que si la gente tiene hambre y saquea no es un hecho delincuencia. Desde el oficialismo piden frenar una ingeniería para instalar algo que no sucede.

La palabra "saqueo" está vinculada estrechamente con ese diciembre de 2001 en el que el pueblo, desesperado en tiempo de crisis, salió a vaciar supermercados y comercios varios. Los ahorros de la gente quedaron dentro de bancos que fueron destruidos por las clases medias que querían su dinero de vuelta. El presidente de ese momento, Fernando De La Rúa, declaró el Estado de sitio y la cabeza de su fuerza policial ordenó una feroz represión que se cobró la vida de 39 personas. El gobierno de la Alianza terminó antes de tiempo, con un mandatario huyendo de la Casa Rosada en helicóptero. Todo ese significante es lo que encierra la palabra saqueo. Y en estos últimos días volvió a la boca de las cabezas políticas, primero, y de la sociedad, después. 

“Nadie está robando nada. En Mendoza, en Córdoba, en Neuquén, en Santa Fe, en Corrientes, en Chaco, en Capital Federal y ahora en Escobar, Moreno, José C. Paz, Merlo, San Martín, Moreno y Mar del Plata la gente está saliendo a buscar comida, y si no encuentra comida nosotros, que estamos convocando a esto, les estamos diciendo que sin robar plata, ni romper nada, se lleven lo que puedan aunque sea para canjear por comida”, dijo Raúl Castells, líder del MIDJ y exprecandidato a presidente. 

De esta manera, y en diálogo con Crónica TV, en un programa donde también se estaba entrevistando a Guillermo Moreno sobre el tema, Castells enfatizó que no le gusta que le digan ladrones a quienes participan de los saqueos porque tienen una necesidad y que, por el contrario, ladrones son tanto los miembros del Gobierno nacional que no le garantizan el alimento a las personas y las cadenas de hipermercados que remarcan todo el tiempo los precios. 

Esa es una de las voces que se escucharon en las últimas horas y que refieren, en realidad, a una delimitación política de qué ocurre en situaciones particulares donde las familias actúan de manera espontánea. Pero lo que pasó ayer, según se sabe, fue otra cosa: hubo una organización, una planificación, y una convocatoria por whatsapp para generar desmanes y robos en grupo. Robos en grupo que habrían sido hechos aislados que la oposición aprovechó para fogonear un clima de inestabilidad social generalizado. Y que, desde el oficialismo, aseguraron tenerlos bajo control con la detención de responsables. 

La portavoz del Gobierno nacional, Gabriela Cerruti, le dijo "basta" a Javier Milei en su agitación online de lo que estaba (y no estaba) pasando. ¿Por qué? Porque muchas personas postearon fotos de otros años, de principios de los años 2000, como si fueran saqueos actuales y él compartió todo. Claro, después, el candidato liberal enfatizó que su sector está a favor de la propiedad privada y no tenía ninguna intención de fomentar los saqueos, sino todo lo contrario. 

Lo cierto es que él, como candidato más votado de las PASO, aunque algo ajustado con sus otros dos puestos que le siguen, fue el principal activista digital; aunque la que redobló la apuesta fue su contrincante Patricia Bullrich, candidata a presidenta de Juntos por el Cambio, quien directamente pidió que se declare Estado de sitio. 

Diferentes municipios del Conurbano, como por ejemplo el de Morón, desmintieron que en sus barrios hubiera una ola de saqueos. También el Polo Obrero salió a aclarar que su movimiento no estaba convocando ni apoyando saqueos. Y el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, dijo que se detuvieron al menos unas 56 personas que participaron de robos en grupo en algunos lugares de la provincia y advirtió que por la acción podrían terminar varios años en prisión. 

 

 



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