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Los desafíos de Guillermo para armar su equipo

El Mellizo apenas firmó debió ponerse el buzo de entrenador para poder solucionar todo los problemas. Logró dos pálidos empates pero el funcionamiento no aparece.

Se hace difícil para un entrenador aparecer en un equipo con la temporada iniciada sin haber podido diagramar junto a sus futbolistas un esquema de trabajo, un método y en especial, qué es lo que desea tácticamente y cómo quiere que funcione su equipo. Algo de eso está viviendo Guillermo Barros Schelotto quien ayer tuvo su segundo encuentro al frente de Boca.

Al término del partido otorgó una frase clara: "Si en Boca no hubiera problemas, no habría cambiado de entrenador". Entre sonrisas se retiró del campo de juego. Pero eso que dejó antes de ir del Monumental dice mucho. Es consciente del gran cambio que necesita el equipo para que funcione como él pretende.

No hace una semana que está en su cargo por lo que es imposible que se pueda ver lo que quiere. El nivel individual de todos los jugadores Xeneizes está muy por debajo de su nivel por lo que afecta en lo colectivo. La gran incógnita gira entorno a Carlos Tevez. El Apache no aparece, está muy lejos de la versión del año pasado y a años luz de lo que mostró en Juventus.  

"(Carlos) Tevez está bien de la rodilla. Si no estuviera, no lo pondría"

"(Carlos) Tevez está bien de la rodilla. Si no estuviera, no lo pondría", sostuvo el Mellizo en declaraciones a Estudio Fútbol. "Puede jugar de 9, al costado o atrás de un punta", aclaró sobre la posición del Apache en la cancha.

Tras el nuevo empate 0-0 esta vez ante River, comparó la actuación de Boca con el trabajo realizado ante Racing. "Era difícil mantener la intensidad habiendo jugado el jueves. No se puede dar en la tecla fácilmente, pero hay varias cosas por corregir", subrayó.

Él sabe lo que quiere del equipo y lo explicó bien en la entervista que dio a TyC Sports. "Si querés un equipo duro, hay que entrenar duro. Se terminó lo de la clasificación segura de hace unos años en la Copa Libertadores", destacó.

El flamante entrenador tiene tiempo para trabajar pero las urgencias del mundo Boca son demasiado grandes. El torneo local está fuera de alcance. Solo un milagro haría que el equipo de la Ribera se pudiera copar en la pelea. Ahora tiene un desafio muy importante ante el Bolivar por la Copa Libertadores en la altura de La Paz, Bolivia.

Si suma algún punto allá, sus posibilidades en la competencia serán importantes. Una derrota haría que el entrenador tome decisiones drásticas. Por ahora tiene mucho que resolver, aunque lo primero que necesita es sumar y comenzar a apagar el incendio.



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