El primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, anunció este miércoles que extenderá la prohibición del ingreso de extranjeros al país, junto con otras restricciones para evitar los contagios de coronavirus e informó que los test de detección tendrán un precio máximo obligatorio.
Entre otras medidas anunciadas, se llevará adelante el cierre de bares y locales nocturnos a las 23 y el uso obligatorio de mascarillas en el transporte, comercios, cines y teatros, según destacó la agencia Télam.
En un video difundido en Facebook, Orbán declaró que "la segunda ola (de contagios) podría alcanzar su máximo en diciembre o enero", pero advirtió que su gobierno "cuenta con una táctica" y la experiencia del primer brote.
En ese sentido, informó que continuará con la prohibición de ingreso al país que rige para los extranjeros desde el 1° de septiembre. Esta medida mantiene las excepciones que rigen para viajeros por motivos laborales o para participar en eventos deportivos y culturales.
Otras de las excepciones son los convoyes militares y el tránsito hacia otros países, al igual que los viajes diplomáticos y oficiales.
Por otra parte, se prohibieron las visitas en los espacios sociosanitarios así como en las residencias de ancianos, y se determinó un costo máximo de 54 euros para las pruebas para detectar al Covid-19.
Desde el 1° de octubre será también obligatorio en Hungría medir la fiebre de los alumnos y profesores en los centros de enseñanza pública.
Desde marzo, Hungría, que contiene 9,7 millones de habitantes, contabilizó 14.460 casos de coronavirus y 654 personas muertas por el virus.