Modelos de seguridad

La fuga y muy accidentada recaptura de los tres reyes magos de la efedrina(cabo Remigio Cardozo dixit). * La súbita reorientación post electoral de la investigación del caso de la muerte del fiscal Nisman hacia la hipótesis forzada de homicidio y hacia la ya disparatada subhipótesis de la existencia de vinculación del gobierno saliente con el mismo.

l La provocativa detención de Milagro Sala en la fronteriza provincia de Jujuy.

l El intento de defenestración inversa de dos ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación con claros antecedentes dogmáticos a favor de la posibilidad legal de represión de la protesta social en democracia.

l La reciente reactualización del tema de derribo de aeronaves por no acatar orden de aterrizaje.

La lista precedente se trata, simplemente de una seria de enunciaciones que, en conjunto, dejan entrever las intencionalidades del presente gobierno macristas de crear el clima propicio para declarar a la República Argentina como zona de guerra contra "las mafias del narco" y, sucedáneamente, sus contactos con diversos sectores sociales y de la política.

Esa determinación habilitaría a la actual administración la institucionalización de un "situación de excepción" que le permitiría coartar libertades "en democracia" y, sobre todas las cosas, poder concentrar la atención y preocupación general en una situación de tensión y violencia administrada, al tiempo que podría contrarrestar (o intentarlo al menos) la situación de creciente irritación social que se viene, der manera inevitable, a partir del cúmulo de las políticas económica y (anti) sociales que tomó en este casi mes y medio desde que asumió el gobierno nacional.

La repentina insistencia , desde las más altas esferas del gobierno, acerca de la incapacidad y corrupción de las fuerzas federales y provinciales permite avizorar también la intención de hacer desembarcar ayuda represiva extranjera. Digamos que no es para nada original el macrismo en este sentido. El modelo tiene un nombre, se llama "modelo colombiano" (y ahora mexicano).

Y se trata, ni más ni menos, que la estrategia que concertaron las oligarquías colombianas y mexicanas con ayuda de "cooperación internacional", para evitar el desplazamiento del proceso político colombiano hacia un posible chavismo y del mejicano hacia una posible insurgencia inspirada en Nicaragua y El Salvador vía el Zapatismo o simil.

También el presidente Horacio Cartes asumió furtivamente en la Rapública del Paraguay inmediatamente después de la trampa de Curuguaty, preparada con asistencia de servicios especiales extranjeros. En Brasil la excusa por el momento es la de la corrupción. En realidad, en todos los casos mencionados, no se trata sino de clarísimas maniobras que no dejan de exhibir cierto grado de desesperación de parte de una derecha mundial, que evidentemente ya no tiene recursos suficientes como para controlar el poder a través de experiencias políticas más mostrables (aunque sea superficialmente) como lo fueron las de la Argentina de Carlos Saúl Menem o el Brasil de Fernando Henrique Cardoso y aun el Chile de Ricardo Lagos.

También en EEUU y Europa con el manejo de la cuestión del terrorismo (desde la sospechosamente oportuna perpetración de los hechos hasta las guerreristas repuestas gubernamentales) buscan lo mismo.

Claro que, el hecho de que sean maniobras desesperadas no quiere decir que no tenga poder de daño y está muy bien y que la izquierda, el progresismo y el democratismo latinoamericano verdadero salgan al cruce de estos procederes profundamente antidemocráticos y de todas las medidas destructivas de los logros culturales sociales y económicos en las que trabajosamente se avanzó en estos años.

Sin embargo y ante la vulnerabilidad que están exhibiendo estos procesos frente al intento de restauración neoconservadora ¿no deberían, además, preguntarse si no es necesario ofrecer algo superador?