President Obama arrives in Cuba joined by First Lady and daughters https://t.co/PBcpwlrYI1 pic.twitter.com/ooLhGTP7cq
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, inició ayer una histórica visita oficial a Cuba que durará hasta mañana, 22 de marzo, cuando parta hacia la Argentina. El mandatario llegó acompañado por una amplia delegación de funcionarios de su gabinete, miembros del Congreso y empresarios.
El avión presidencial Air Force One aterrizó en el aeropuerto José Martí ayer a las 16.20 (las 17.20 en la Argentina), media hora después de que la llegada de otra aeronave de la comitiva norteamericana provocara en la prensa que cubre la visita la impresión de que se trataba de la que transportaba al mandatario.
Como es usual, al pie de la escalera fueron recibidos por el canciller cubano, Bruno Rodríguez, quien obsequió sendos ramos de flores blancas a Michelle, rojas a Robinson y lilas a las hijas del jefe de la Casa Blanca.
Para recibir a la comitiva, La Habana amaneció tabicada por un amplio operativo de seguridad que dificulta los traslados. Y se espera que el mandatario haga un recorrido por la parte "vieja" de la capital cubana y visitará la Catedral y mañana tendrá lugar el ceremonial diplomático protocolar. Sostendrá además conversaciones oficiales con el presidente cubano Raúl Castro, tras las cuales ambos dignatarios ofrecerán declaraciones a la prensa.
La visita del gobernante a Cuba, acompañado por su esposa Michelle y sus dos hijas Malia y Sasha, es la primera de un mandatario en casi 88 años, después que Calvin Coolidge asistiera a la Sexta Conferencia Anual Internacional de Estados Americanos, celebrada en La Habana en enero de 1928.
Incidentes
Antes de la llegada del mandatario estadounidense, unas 50 integrantes de la organización Damas de Blanco y otros opositores al gobierno cubano, como el grafitero El Sexto, Antonio González Rodiles, fueron detenidos este domingo en La Habana tras la habitual marcha dominical del grupo disidente, en la que se generaron incidentes con los participantes de una contramanifestación de repudio organizada por partidarios del gobierno.