La exministra del ya inexistente Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, hizo una autocrítica de la gestión, aunque reconoció que hubo “muchos avances en materia de género” y que eso debe un reconocimiento a nivel internacional. "Hoy además de ser un día de lucha, también es para hacer memoria de cómo llegamos a estos espacios, de cuánto y por qué nos costó tener un ministerio en el 2019”.
Mazzina no optó por evitar las críticas: "Podemos discutir qué hubo para mejorar, o si funcionó, pero creo que siempre fue plural”. Y añadió: “A mí me tocó llegar a un ministerio al que le hice muchas críticas; venir de una provincia me hacía ver desde lejos que las políticas públicas en algunos territorios no funcionaban, justamente porque para mí la política se piensa al revés: primero hay que ir a conocer los territorios y sus problemáticas y después, entre todos, pensar las políticas desde las capitales”, declaró al aire en “Ahora dicen”, en la Futurock.
"Es importante reconocer que —antes de su gestión— en el ministerio había un feminismo más hegemónico, más elitista"
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La exministra dijo que el #8M es un día para hacer memoria de cómo se alcanzó a construir un ministerio que respondiese a la demanda social:
“Es para hacer memoria de cómo en el 2015 con el primer Ni Una Menos nos plantamos en la calle a pedir presupuesto y que se respeten nuestros derechos. La violencia por motivo de género tenía que ser un problema de Estado y necesitábamos políticas eficientes para dar batalla”.
En ese sentido, resaltó que "hay muchos avances en materia de género" y arguyó que "no es algo que digo yo como exministra, sino que lo dice el mundo; Argentina siempre fue ejemplo en lo legislativo y en lo que tiene que ver con DD. HH. y género".
Respecto a las declaraciones de funcionarios del gobierno sobre la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, dijo que “es muy difícil que puedan derogarla… Ya tuvieron la primera derrota con la Ley Ómnibus y esta es una ley fruto de la conquista de los movimientos y que si intentan tocarla va a haber una respuesta. Es una ley mirada por todos los países del mundo y un antes y un después en la Argentina”. Aun así, hizo énfasis en advertir que “vienen por todo. Es mucho más fácil pegarle al feminismo diciendo que ‘se pasó de rosca’”.
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En esa línea, reflexionó “faltó quizás un Estado más presente y desde el feminismo siento que, en el microclima en que nos movíamos, pensamos que todo el mundo entendía la forma en que queríamos expresarnos y a veces íbamos a los territorios y los temas que estaban en agenda en las capitales”.
Y contó: “Me pasó en San Luis con la discusión del aborto o los cuidados. Es importante reconocer que en el ministerio había un feminismo más hegemónico, más elitista. El desafío de mi llegada fue reconstruir esa base del feminismo y descentralizar las políticas de las capitales, cosa que no terminamos de hacer y pasó lo que pasó”, concluyó.
