El líder del grupo paramilitar rebelde Wagner, Yevgeny Prigozhin, aceptó este sábado una propuesta del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, de detener su avance hacia Moscú y anunció el retorno a cuarteles de los amotinados, para evitar un baño de sangre.
"Ahora es el momento en que la sangre puede correr. Por eso nuestras columnas dan media vuelta y vuelven en la dirección opuesta para regresar a los campamentos", declaró el propio Prigozhin en un audio publicado en Telegram, reportó la agencia de noticias AFP.
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Prigozhin aceptó una propuesta del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, quien sugirió "detener el movimiento de personal armado de la empresa Wagner en Rusia y adoptar nuevos pasos para reducir la tensión"informó la agencia de noticias oficial bielorrusa BelTA.
Prigozhin, que se sublevó de los mandos militares leales al Kremlin y ocupó más temprano la ciudad fronteriza y estratégica de Rostov, avanzaba este sábado hacia Moscú, informaron en la madrugada de este sábado autoridades de localidades próximas a Moscú, como Lipetsk, a menos de 400 kilómetros de la capital rusa.
Varios efectivos del grupo paramilitar"están desplazándose en el territorio de la región de Lipetsk", había informado en la red de mensajería Telegram el gobernador regional, Igor Artamonov.
Las autoridades moscovitas y de otras ciudades habían ordenado de emergencia que se restringiera el movimiento de civiles en las calles, y en el caso de la capital se adelantó que el lunes será declarado feriado, además de poner en funciones un “régimen antiterrorista” para mejorar la seguridad.
"Las agencias de mantenimiento del orden y las autoridades [...] toman todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de la población. La situación está bajo control", afirmó sin embargo el gobernador, citado por la agencia de noticias AFP.
También se dio orden de cerrar las actividades comerciales en toda la ciudad, donde se reforzó la seguridad militar.
El reporte se conoce horas más tarde de que Prigozhin, anunciara que había entrado en Rostov, territorio ruso, para sublevarse ante los mandos militares leales al Kremlin.
La sublevación anunciada por Prigozhin y el avance posterior originó una fuerte advertencia del presidente ruso, Vladimir Putin, quien prometió un castigo ejemplar para el exaliado del Ejército regular en el frente de batalla en Ucrania.
En un mensaje al país, Putin condenó la actitud del grupo rebelde, cuya acción contra el mando militar ruso significa una "amenaza mortal", y que tomará acciones "contundentes", además de advertir sobre el riesgo de "guerra civil" para el país en pleno conflicto con Ucrania.
A su vez, el jefe de la milicia Wagner, clave en la ofensiva en Ucrania, había afirmado que ingresó a Rusia con sus tropas para deponer al mando militar ruso, y que él y sus 25.000 hombres estában "listos para morir" en su cometido.
"Todos nosotros estamos listos para morir. Todos los 25.000 y luego otros 25.000", recalcó Prigozhin por Telegram. "Estamos muriendo por el pueblo ruso, que debe ser liberado de quienes bombardean a la población civil".
El jefe paramilitar también había jurado en un video divulgado en Telegram "llegar hasta el final" en su campaña contra el mando militar ruso
La acción rebelde originó también consultas este sábado entre los ministros de Relaciones Exteriores del G7, anunció el jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, sin revelar en principio el contenido de las conversaciones.
El jefe paramilitar juró en un video divulgado en Telegram "llegar hasta el final" en su campaña contra el mando militar ruso.
En respuesta a la rebelión, la fiscalía general rusa anunció la apertura de una investigación por "motín armado" contra el grupo paramilitar.
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En varios mensajes de audio transmitidos el jueves, el jefe de Wagner había afirmado que unos bombardeos rusos causaron un "gran número de víctimas" entre sus filas y rechazó que busque un "golpe de Estado" tras exhortar a la sublevación contra el Estado mayor ruso y aclaró que se refería a una "marcha por la justicia".
Las fuerzas de seguridad rusas, el FSB, llamaron a los combatientes de Wagner a detener a su jefe, mientras que un influyente general ruso, Serguei Surovikin, instó a los milicianos de Wagner a renunciar a su revuelta, indicó la agencia de noticias DPA.
El patriarca Kirill, jefe de la Iglesia ortodoxa de Rusia y aliado de Putin, llamó este sábado a la "unidad" ante los "intentos de sembrar la discordia", en plena rebelión armada del grupo paramilitar Wagner.
