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Insólito: ahora EEUU empezó a sancionar a funcionarios chinos

Según el gobierno de Joe Biden, son acusados por presunto "genocidio" contra minorías.

Estados Unidos prohibió la entrada al país de un número indeterminado de "funcionarios" de China a los que atribuye responsabilidad en la "represión" de minorías étnicas o religiosas, en particular de los musulmanes uigures, a los que considera víctimas de un "genocidio".

En un comunicado, el secretario de Estado, Antony Blinken, anunció "restricciones de visas a responsables de la República Popular de China sospechosos de ser responsables o cómplices de políticas o medidas que apuntan a reprimir responsables religiosos o espirituales, miembros de grupos étnicos minoritarios, disidentes, defensores de derechos humanos, periodistas, sindicalistas, militantes de la sociedad civil y manifestantes pacíficos en China o en el extranjero".

El texto, citado por la agencia AFP, no precisa el número de afectados por la medida, ni su identidad o rango, ni explica tampoco qué hecho motivó ahora las medidas represivas.

Las sanciones en plena presión de parte de la administración de Joe Biden a Beijing para que use su influencia sobre Rusia para poner fin a la invasión de Ucrania, o al menos se abstenga de apoyar a Moscú.

Blinken denunció en su comunicado los intentos de "acoso, intimidación, vigilancia y secuestro" de quienes pertenecen a minorías étnicas o religiosas chinas, "incluso de quienes buscan refugio en el extranjero y los ciudadanos estadounidenses que defienden estas poblaciones vulnerables".

El secretario de Estado reclamó al Ejecutivo chino que deje de "intentar acallar los militantes uigures estadounidenses", por su rechazo a los permisos de salida del país solicitados por sus familiares en China.

Beijing, que rechaza las acusaciones, es acusado de haber internado en campos de reeducación política a más de un millón de uigures, una minoría musulmana que vive en Xinjiang, en el noroeste del país, en donde recurriría, entre otras medidas, al trabajo forzado.

"Llamamos al gobierno chino a poner fin a su genocidio y sus crímenes contra la humanidad en Xinjiang, a sus políticas represivas en Tibet, a su vuelta de tuerca contras las libertades fundamentales en Hong Kong y a las violaciones de derechos humanos, y en particular las violaciones de la libertad religiosa, en otras partes del país", concluyó Blinken.



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