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Adentro de la canción: Roberto Jacoby lanza "Superficies de placer"

Fue amigo de Federico Moura y trabajó en muchas de las letras que amamos de Virus. En su libro, editado por Grupo Planeta, nos cuenta historias que siempre quisimos conocer.

Dice que le gusta WOS y que, con el tiempo, aprendió a querer al tango. Está sentado ante un puñado de personas que se dieron cita en uno de los rincones más lindos de Palermo. Tiene un piano a su derecha y una flor naranja sobre la mesa auxiliar, la cual tiene un mantel naranja. “Hoy estamos naranja por la tapa del libro”, explicó su compañera.

“Yo era amigo de Federico, no era miembro de la banda”. Roberto Jacoby está ahí: sentado ante un puñado de personas que fueron a celebrar “Superficies de placer”, el libro editado por Grupo Planeta en el que cuenta su experiencia como la persona que escribió las letras de hits como, precisamente, el que le da nombre al texto.

La dinámica del evento fue libre, como la libertad que defendían en las letras de Virus. No hubo persona moderando ni presentando. Era sólo el autor en diálogo directo con quienes estaban presentes (ya sea en vivo y en directo como, también, desde las redes sociales enviando preguntas).

Le preguntaron cuándo comenzó a vincularse con el arte. “Empecé bastante niño, dibujando sobre todo y después hice todo tipo de experiencias diferentes. Las más nuevas son las canciones y por último las que yo mismo canto”, dijo Jacoby, quien mantuvo sus gafas oscuras durante todo el evento en Daín, la librería y espacio cultural ubicado en la esquina de Nicaragua y Thames.

También le preguntaron cómo conoció a Moura y dijo que en un cumpleaños. Quisieron saber si él era parte de la banda como un músico más y dijo que no, que él era amigo de Federico. También contó sobre el proceso de trabajo que tenía en cuanto a la composición y dijo que, con el tiempo, fue cambiando, mutando. “Al principio me traía un cassette cuando las canciones ya estaban en una última etapa pero a Federico no le convencían cosas de las letras, entonces me tomaba como un consultor. Le contesté varias veces que eran buenas y no las iba a tocar. Otras sí y les di una vuelta para que no fuera tan directo, tan obvio”.

“Después, en otro momento, trabajaba con la primera versión musical que normalmente los cantantes hacen algo que se llama sanata lo que se les ocurre y después viene la letra. Cuando me llegaban con sanata muchas veces la usaba como punto de partido, como por ejemplo una que decía “cuidado con el perro” hice un tema que está vinculado con ese concepto. Todas estas cosas las pueden leer en el libro”, explicó Jacoby, quien mencionó la lucha interna contra un tango que -por aquel entonces- se escuchaba en cada uno de los rincones de la ciudad, era la banda sonora de todo una época y ellos, jóvenes rebeldes, querían contar otras cosas de otra forma.

En el lugar circulan copas de vino y nos dieron unos QR para disfrutar de canciones. Hay cabezas llenas de canas pero también mucho sub40. Un periodista musical levanta la mano varias veces para pedirle detalles de cosas. Un fotoreportero se sienta adelante para hacerle primeros planos. Músicos escuchan a un lado toda la conversación. El lugar está lleno y feliz. El autor invita a leer su libro y el público se prepara para adueñarse de superficies.

 



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