Desafortunadamente, el mes sagrado de ayuno y oración de Ramadán no es la excepción para los palestinos: la guerra continúa, impía frente a los milos de decesos provocados por las armas y la ocupación histórica de territorios.
Durante la madrugada del domingo, la Policía de Israel bloqueó la entrada de palestinos a la Mezquita de Al Aqsa (Jerusalén), el lugar sagrado donde cientos de miles de musulmanes se reúnen para rezar todos los años. Los fieles intentaban llevar a cabo la primera oración Tarawij de Ramadán, y a cambio recibieron golpes y expulsión. Según informaron los testigos presenciales, los efectivos permitieron únicamente la entrada a mujeres y hombres mayores de 40 años.
Pero fuera de la mezquita, el ambiente no es muy distinto: la policía fronteriza israelí detiene a menudo a los jóvenes palestinos para comprobar su identidad y sus pertenencias, amedrentándoles. La hambruna atenaza al pueblo y la ayuda humanitaria no llega. Israel tiene a Palestina entre sus garras y se victimiza señalando a Hamás como el culpable de desatar un conflicto que, en realidad, tiene sus orígenes tras la Segunda Guerra Mundial.
Además, también se reportó recientemente que fallecieron al menos 16 palestinos y varios resultaron heridos en un bombardeo israelí contra un edificio residencial en la ciudad de Gaza. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños.
El número total de muertos desde que comenzó la guerra, rebasa los 31.100.
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Para colmo, el Estado judío está empecinado con que se le debe permitir completar su campaña para destruir a Hamás en Gaza y que, tras la guerra, el ejército israelí deben mantener el control de seguridad de la Franja.
Por todo ello, el líder de Hamás, Ismail Haniyeh, culpó a Israel de no haber cumplido sus exigencias de un acuerdo para la liberación de los rehenes.
«Se los digo muy claramente, quien tiene la responsabilidad de no haber llegado a un acuerdo es la ocupación y el gobierno del enemigo sionista», expresó Haniyeh.
En un discurso televisado, Haniyeh afirmó que Israel no «quiere adherirse a los principios básicos del acuerdo. Sin embargo, digo que estamos abiertos a continuar las negociaciones, abiertos a cualquier fórmula que logre estos principios y ponga fin a esta agresión».
A pesar de esto, Haniyeh hizo hincapié en que cualquier acuerdo para la liberación de los 134 rehenes que permanecen cautivos debe incluir el fin permanente de la guerra, la retirada total de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) de Gaza y el regreso de los palestinos desplazados de sus hogares en el norte de la Franja.
